Desde ese día en el que alguna graciosilla decidió inmortalizar mis precoces atributos viriles, me juré a mí mismo que ninguna mujer más se reiría de mí.
Mi hermana Conchi…¿qué miras y qué significa tu sonrisita? ¿He sido yo la causa de que, de todas mis bellas hermanas, tú , la mayor, seas la única que se ha consagrado a la diosa Vestal y conserves tu soltería y virginidad? Lo entiendo, lo entiendo. Esa visión debió traumatizarte. Ni por asomo has encontrado nada parecido a lo largo de tu vida comparando eninigualando, como decía el abuelillo Pepe.
¡Pobre ilusito…! Con un bizcocho de crema en la mano izquierda y un pettit suisse entre las piernas. Fuertemente sujetado por el brioso brazo de la Tatá, colaboradora necesaria en la ignominia de un streaptease playero ( luego se ve que me gustó y a la primera de cambio me quedo en pelotillas en la playa que se pueda, cada vez menos aquí en Cádiz por obra y gracia de una ola de moralidad textil y del kux kux klan pepero. Cádiz, la cuna de las libertades liberales, en franca y decadente regresión).
¿Y quién es la gorda tumbada en escorzo para tener mejor campo de visión, la muy gorrina voyeur? No sé quién es. ¡Qué cabronas! Suerte tuvieron que en aquella época no existía la figura del Defensor del Menor.
Desde entonces, mi máxima prioridad anatómica para que no se volviera a repetir una humillante escena así fue conseguir tener un pollón de dimensiones catedralicias.
Un pollón enorme, gigantesco, que dejara boquiabiertas a todas las afortunadas que me lo vieran y se fueran a burlar de su puñetero padre. Y tengo que decir que fue duro, necesité muchas sesiones de gimnasio pollonero, pero al final logré un hermoso y contundente pollón que me envidian eminentes pollasmen como Rocco Senrredi, Rocky Badeboa y el Cardenal Rouco Vallatela
Y qué pollón. ¡Qué porte, qué inhiesto, qué gallardo!
Si algo caracteriza a mis lectores ,y a diferencia mía, es que sois todos unos incrédulos de la hostia . Así que, sin más preámbulos, aquí os dejo el testimonio fotográfico del pollón que me gasto.
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--------- ( seguid dándole al ratón, que la recompensa es mucha)
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-------------( sin engaños)
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Agradecimiento al depuesto Presidente de Honduras, Manuel Celaya, que ha accedido a posar con mi pollón como eslogan publicitario para su próxima campaña política bajo el lema " Por un país que sea la polla". Gana, seguro.