lunes, 30 de septiembre de 2019

REPELÚS



Lo siento. No lo puedo evitar. Será que soy un "sieso"  ( localismo gaditano que describe al soso malaje)...) ( "malaje"....localismo gaditano que significa, ..stop, stop.., que los localismos gaditanos son inacabables....)

No me gusta Greta. No me gusta Eva. Me producen un rechazo epidérmico. Ambas son las dos caras de una moneda que no me gusta llevar en mi cartera.

La niña Greta por pasarse de frenada ( " no os perdonaré nunca..., me habéis robado mi infancia, mis sueños etc, etc..."). Para defender al planeta no hace falta hacerlo con cara de Darth Vader y tildando a todo Dios de depredadores sin alma, destructores de los sueños de una generación inocente sin mácula de culpa global. Sí, la misma generación que deja hechas una porquería playas, plazas y jardines después de sus sacrosantos botellones. La misma que quiere arreglar el planeta pero no son capaces de arreglar su habitación. Que me perdonen sus excepciones.

Y Eva. Eva Hache...la "paisana" que quiere emular a a Jose Antonio Labordeta. Lo hace representando a esa clase de persona que no se toma nada en serio y que se tira todo el día pasmándonos con su ingenio inagotable a base de cháchara de cáscara y diarrea jocosa. Falso humor destilado alimentado por la burla hacia todo lo demás.

Esta contraposición me causa repelús por igual.

Definitivamente, me estoy haciendo viejo. ...Y sieso

viernes, 20 de septiembre de 2019

PORKYS



¿ Os acordáis de esa serie de películas americanas bautizadas con el nombre de Porkys y sus numéricas secuelas donde se ensalzaba el gamberrismo estudiantil?

Este post va a ser corto.

Un diputado de Ciudadanos se ha visto obligado a exigir el cambio de su bancada en el Congreso porque había un chicle pegado en su asiento.

No es necesaria una reflexión prolija ni sesuda para explicar qué está sucediendo en la España de nuestros amores y en manos de quién estamos.

Dios nos coja confesados

miércoles, 11 de septiembre de 2019

LA HUELLA DE TU PASO ECHÓ RAÍCES, CAMILO



Con permiso de Melina, pongo este título al presente post.

Qué pena más grande sentí cuando le vi interpretando su última canción, rodeado de jóvenes con cara de " de dónde ha salido éste". Parecía un pinguino en un ascensor. No estaba de moda ni la frase con sabor a Miki Navaja. Ahí me di cuenta de su desconexión con la realidad del panorama musical y los gustos imperantes. Cuando en las casetas de feria ponían esta canción, Mola Mazo, dejaba de bailar ipso facto. Por respeto a su memoria.

Las coronas de laurel se secan así. El éxito vuelve frágil a quien lo consigue y no lo vacía de un trago .. Como hace nuestro modesto Nadal. No comprendí nunca su fulminante decadencia física, ni su extraña coraza, ni su peluca, ni su expresión inerte en la mirada, de todo lo que le despojó de molar   más que nadie en el reino de la canción melódica.

Camilo me molaba mazo. Me encantaba su tesitura vocal, sus estribillos redondos. Valoraba mucho que se lo currara todo, la letra, la música, la producción y esa manera de mirar a la cámara. Tenía incluso un nombre puesto a esa clase de mirada, que reservaba para mi Dama del Amanecer: " mirada derretidora-taladrante"...Las ínfulas adolescentes son tan patéticas como entrañables. María José, ni puto caso, claro. Pensaría que me acababan de suspender en matemáticas con esa mirada.

Y qué decir de su extraordinario "Jesucristo Superstar", con la aterciopelada voz de Angela, y el aguardentoso Judas de Teddy Bautista antes de que se conviertiera de verdad en Judas para la Sociedad General de Autores.

Su canción más icónica es "Melancolía"...esa que te hacía tracionar la razón y, para colmo, te dominaba el corazón. La melancolía es cierta, y también insignificante, porque se alimenta de pensamientos insignificantes, tan cursi que te da vergüenza reconocerlo. La última vez que sentí un ataque de melancolía fue en un jardín interior, a la hora del crepúsculo abatido y rodeado de pequeñas madres, las palomas arrulladoras.

Luego vino el declive, el destierro a Latinoamérica. Aquí ya no había nada que hacer. Aquí se declaró la guerra a Venecia sin ti y a Fly Me to the Moon...Irrumpieron con fuerza pollas récords y reyes del pollo frito.

Tranquilo, Camilo..., has sobrevivido al menosprecio y a las modas. La moda, esa señora que pacta su defunción pagando el precio del olvido. De aquellos grupos almodovarianos no se acuerda ya ni Cachitos de Hierro y Cromo, y los que lo han resistido, no se pueden comparar a tus ciento setenta millones de discos vendidos.

Por toda tu obra musical, tus canciones inolvidables, por fabricarnos tantos y tantos recuerdos, molarás mazo por toda la eternidad.

Gracias, Camilo

Ahora, que has muerto, vuelven a brillar tus ojos grises.

viernes, 6 de septiembre de 2019

POESIA SIN PALABRAS


Desde el Castillo de Cullera....Nunca tuve la suerte de encontrármelo abierto, pero claro, iba a última hora de la tarde. Así que me quedaba en su falda contemplando embobado el Mediterráneo y la huerta valenciana, naranjos y arrozales. A lo lejos, y apenas distinguible, el lugar de mi recreo: Tavernes de Valldigna.


El Garbí, en Serra, en plena Sierra Calderona...En bici tardabas una hora y pico en llegar a su punto más elevado desde Valencia, mi barrio de Torrefiel. Decenas de libros han caído allí, verdad, Herman Hesse ? Imborrable el sabor que me dejó terminar ahí la lectura de Martin Eden, de Jack London.


Desde el Alto de la Cruz, en la montaña de Tavernes de Valldigna. Su escalada son palabras mayores en su tramo final, su camino muy serpenteante, pero el premio muy gordo, porque te encuentras durante el trayecto con restos de un castillo árabe y un manantial de agua muy rica. Justo aquí es donde me instalaba





Miradores, panorámicas familiares, elevaciones montañosas que escalé varias veces, con mi zurrón al hombro cargado de agua, naranjas que cogía por el camino, un bocata de atún con aceitunas, y el libro que me estuviera leyendo en ese momento. La primera y segunda serie de los Episodios Nacionales de Galdós las he despachado en estos queridos enclaves.

¿Me atrevería ahora a escalar hasta el Alto de las Cruces, en Tavernes de Valldigna

¿Y en bici subirme el puerto del Garbí?

Cuando lo hice, y fueron varias veces, fue con la soltura y el dinamismo infatigable de mi juventud, que no entendía de límites.

La recompensa era formidable: unas vistas que se me han quedado grabadas más allá de la memoria, en la piel casi.

En sus cimas, qué bien me sabían las naranjas recién arrancadas de sus ramas, el bocata me resultaba más sabroso, el agua hidrataba mi mirada y los renglones del libro entraban en mi mente como el aire que respiraba.

Ahora que lo pienso, nunca me llevé a esos mágicos lugares un libro de poemas.

Creo que, inconscientemente, sabía que el poema oculto que se esconde en un bello paisaje es insuperable.

La memoria agradable, la memoria bonita, la memoria imborrable inmortalizada en imágenes.....Es poesía pura

Una vez más,.... debo asomarme al mundo desde esos paradisíacos lugares una vez más, ...sí