¿Qué vida es ésta en la que la muerte ni siquiera ya se esconde?
Donde los besos, los abrazos, los apretones de manos, las palabras y hasta las miradas se contemplan desde lejos.
Amaneceres vacíos de inquietudes positivas
Anocheceres que son escondrijos de temores
Tan extraño todo. Y todo lo que extrañamos.
Nunca antes los recuerdos me consumían tan a gritos, reclamando un retorno imposible
Se extinguen..., y nos ponemos mascarillas en la boca, para qué...., si nos contamina igual el olvido que existe detrás de cada beso, de cada abrazo, de cada apretón de manos, de cada palabra y de cada mirada que tienen miedo.