Inclasificable el demonio de Tasmania, un demonio de Tasmania arrasador en taquilla y mujeres. Borrachín, pendenciero, irresistiblemente guapo para el gusto de la época, burlón, infantil bromista, odiado y amado a partes iguales, con una desfachatez a prueba de bombas, hijo de un afamado científico naturalista que murió convencido de que su hijo estaba grillado, exigente en sus papeles protagonistas, temerario con las secuencias peligrosas que no permitía que ningún doble hiciera por él, generoso con los amigos a la hora de las juergas y las orgías, víctima del puritanismo americano a causa de denuncias falsas de violación a menores ( uno de los pocos casos en los que la presunta víctima reconoció ante el Tribunal que todo fue mentira, incluso que no era menor, y a pesar de su desmentido, …¡fue condenado! ¡Si le tendrían ganas!) , autor de una autobiografía en la que se desnuda hasta los huesos y ejemplo de estilo narrativo sin trampa ni cartón, casado una larga temporada con una actriz llamada Lili Damita, una mujer que le lanzaba sartenes y botellas delante de sus invitados si llegaba tarde a casa con el pelo despeinado , borracho y la cremallera del pantalón abierta ( más de una vez le tuvieron que coger puntos en Urgencias), desengañado de su papel de galán y héroe, de un prototipo en el que no creía pero mundialmente famoso por bordarlo con desenfadada frivolidad burlesca.
Bette Davis no le soportaba y rodando La Vida Privada de Elisabeth y Essex, en una secuencia del guión le dio tal hostia que le dejó temblando los tímpanos. Después de la escena, el demonio de Tasmania fue vengativamente a su camerino para romperle los dientes de un puñetazo, y nada más abrir la puerta , Bette le dio otra hostia . En sus memorias escribió que “la sra. Davis era demasiada mujer para mí”. El se la buscó por ponerle ratones en el armario del atrezzo, clavos en su silla y mancharle sus vestidos y tirarse sonoros cuescos al lado de ella . “Hoy me has atizado dos veces”…, le dijo dolorido. Era un botarate infantil incorregible, adicto a las bromas de día de los Inocentes.
.- “Sí, pero la segunda bofetada ha sido entre tú y yo. La primera es la que quedará para la historia” , le contestó la Loba
Sin embargo, el demonio de Tasmania tuvo una reacción, quizás una sola reacción en su vida, que dignifica un poco su memoria más allá de los inolvidables personajes aventureros que protagonizó a lo largo de su carrera artística ( inolvidables Robin Hood y Gentleman Jim).
Participó para gloria de nuestras retinas en una maravillosa película de aventuras narrada con absoluta convicción y espléndido sentido del ritmo, con sus gotitas de romanticismo cuando convenía y un humor bien elaborado para descargar los momentos tensos de la cinta. Pero si esa película ha pasado a la historia es por una dinámica secuencia de acción nunca vista en la pantalla hasta entonces: una carga de caballería en toda regla contra cañones rusos geométricamente alineados frente al Valle de la Muerte de Balaclava, en la península de Crimea..Sin duda, supone el momento más climático de la peli, y nada como bucear en los entresijos de las memorias y opiniones de los grandes especialistas del cine para encontrar una rara unanimidad: esa secuencia fue única. Cinematográficamente hablando, el rodaje de la carga fue un éxito. Pero no salió gratis tanto realismo. Un extra murió pisoteado por los caballos y el director de la película, el ogro y antipático Michael Curtiz, no tuvo reparos en utilizar un método insensible y despiadado para obligar a los caballos a tropezar en un momento determinado. El sistema consistía en anudar las patas delanteras de los caballos con lazos largos que no les impidieran galopar, pero al llegar a unas estacas por debajo de la línea de cámara dispuestas en forma de uve doble continua, tropezaban cayendo con todo el realismo violento y el estrépito que se aprecia perfectamente en la película.
Cincuenta caballos fueron víctimas de la obsesión perfeccionista del megalómano y odioso Curtiz. El demonio de Tasmania amaba a los animales, se crió con ellos en su isla natal y cuando se enteró de la animalada que había urdido el director y que había costado la vida de cincuenta nobles caballos, por segunda vez en su vida fue a un camerino con la resuelta intención de romper los dientes a alguien. Y esta vez no se le anticipó nadie, esta vez su puñetazo fue directo y certero, y aplastó las narices de Michael Curtiz delante de todo su séquito de pelotas.
El demonio de Tasmania inició entonces una cruzada en solitario para conseguir la implantación de un código de normas de obligado cumplimiento que velara por el respeto de la vida de los animales que se empleaban en las películas, y sus esfuerzos cristalizaron de sobra a través de un comité que desde entonces supervisa todas las películas en las que intervienen animales.
Ese hombre murió desconociendo el significado de la palabras humildad, fidelidad, prudencia, aburrimiento y equilibrio. Una cirrosis hepática se lo llevó por delante cuando apenas tenía cincuenta años. Murió en 1959. Cuando yo nací. No sé, quizás yo sea su reencarnación, al menos por lo guapo. Bromeaba acerca de su entierro diciendo que si le quemaban como a los vikingos, su cuerpo ardería durante un mes, de tanto alcohol como había trasegado en su vida. Pero ese hombre consiguió que nunca más un director de Hollywood, por muy encumbrado que estuviera, se le ocurriera sacrificar un animal en la pantalla, o al menos, lo tuviera muy difícil ( Coppola tuvo muchos problemas para conseguir autorización para el sacrificio del buey en Apocalypsis Now) .
Ese hombre nació en la isla de Tasmania, fue un diablo juguetón, insolente, impulsivo e inconsciente, un temible burlón toda su vida, se acostó con todas las mujeres del mundo menos con la Loba Bette Davis y su gran amor platónico Olivia de Havilland y se llamó artísticamente Errol Flynn. Y antes de hacerse famoso, se ganó la vida como cazador de cazadores furtivos, capataz de plantación de cocos, y capitán de velero sin tener ni idea ni de cocos ni de navegación. Tal era su poder de convicción y su estampa que le contrataban sin más. Así que no es de extrañar que inmediatamente después de pisar California por primera vez le ofrecieran el papel del Capitán Blood que le catapultó a la fama.
Era mucho demonio el demonio guapo de Tasmania.
Y ahora os dejo con las espeluznantes escenas de la CARGA DE LA BRIGADA LIGERA. Absolutamente espectaculares, pero...¡pobres equinos y qué cabrón el Michael Curtiz!
Bette Davis no le soportaba y rodando La Vida Privada de Elisabeth y Essex, en una secuencia del guión le dio tal hostia que le dejó temblando los tímpanos. Después de la escena, el demonio de Tasmania fue vengativamente a su camerino para romperle los dientes de un puñetazo, y nada más abrir la puerta , Bette le dio otra hostia . En sus memorias escribió que “la sra. Davis era demasiada mujer para mí”. El se la buscó por ponerle ratones en el armario del atrezzo, clavos en su silla y mancharle sus vestidos y tirarse sonoros cuescos al lado de ella . “Hoy me has atizado dos veces”…, le dijo dolorido. Era un botarate infantil incorregible, adicto a las bromas de día de los Inocentes.
.- “Sí, pero la segunda bofetada ha sido entre tú y yo. La primera es la que quedará para la historia” , le contestó la Loba
Sin embargo, el demonio de Tasmania tuvo una reacción, quizás una sola reacción en su vida, que dignifica un poco su memoria más allá de los inolvidables personajes aventureros que protagonizó a lo largo de su carrera artística ( inolvidables Robin Hood y Gentleman Jim).
Participó para gloria de nuestras retinas en una maravillosa película de aventuras narrada con absoluta convicción y espléndido sentido del ritmo, con sus gotitas de romanticismo cuando convenía y un humor bien elaborado para descargar los momentos tensos de la cinta. Pero si esa película ha pasado a la historia es por una dinámica secuencia de acción nunca vista en la pantalla hasta entonces: una carga de caballería en toda regla contra cañones rusos geométricamente alineados frente al Valle de la Muerte de Balaclava, en la península de Crimea..Sin duda, supone el momento más climático de la peli, y nada como bucear en los entresijos de las memorias y opiniones de los grandes especialistas del cine para encontrar una rara unanimidad: esa secuencia fue única. Cinematográficamente hablando, el rodaje de la carga fue un éxito. Pero no salió gratis tanto realismo. Un extra murió pisoteado por los caballos y el director de la película, el ogro y antipático Michael Curtiz, no tuvo reparos en utilizar un método insensible y despiadado para obligar a los caballos a tropezar en un momento determinado. El sistema consistía en anudar las patas delanteras de los caballos con lazos largos que no les impidieran galopar, pero al llegar a unas estacas por debajo de la línea de cámara dispuestas en forma de uve doble continua, tropezaban cayendo con todo el realismo violento y el estrépito que se aprecia perfectamente en la película.
Cincuenta caballos fueron víctimas de la obsesión perfeccionista del megalómano y odioso Curtiz. El demonio de Tasmania amaba a los animales, se crió con ellos en su isla natal y cuando se enteró de la animalada que había urdido el director y que había costado la vida de cincuenta nobles caballos, por segunda vez en su vida fue a un camerino con la resuelta intención de romper los dientes a alguien. Y esta vez no se le anticipó nadie, esta vez su puñetazo fue directo y certero, y aplastó las narices de Michael Curtiz delante de todo su séquito de pelotas.
El demonio de Tasmania inició entonces una cruzada en solitario para conseguir la implantación de un código de normas de obligado cumplimiento que velara por el respeto de la vida de los animales que se empleaban en las películas, y sus esfuerzos cristalizaron de sobra a través de un comité que desde entonces supervisa todas las películas en las que intervienen animales.
Ese hombre murió desconociendo el significado de la palabras humildad, fidelidad, prudencia, aburrimiento y equilibrio. Una cirrosis hepática se lo llevó por delante cuando apenas tenía cincuenta años. Murió en 1959. Cuando yo nací. No sé, quizás yo sea su reencarnación, al menos por lo guapo. Bromeaba acerca de su entierro diciendo que si le quemaban como a los vikingos, su cuerpo ardería durante un mes, de tanto alcohol como había trasegado en su vida. Pero ese hombre consiguió que nunca más un director de Hollywood, por muy encumbrado que estuviera, se le ocurriera sacrificar un animal en la pantalla, o al menos, lo tuviera muy difícil ( Coppola tuvo muchos problemas para conseguir autorización para el sacrificio del buey en Apocalypsis Now) .
Ese hombre nació en la isla de Tasmania, fue un diablo juguetón, insolente, impulsivo e inconsciente, un temible burlón toda su vida, se acostó con todas las mujeres del mundo menos con la Loba Bette Davis y su gran amor platónico Olivia de Havilland y se llamó artísticamente Errol Flynn. Y antes de hacerse famoso, se ganó la vida como cazador de cazadores furtivos, capataz de plantación de cocos, y capitán de velero sin tener ni idea ni de cocos ni de navegación. Tal era su poder de convicción y su estampa que le contrataban sin más. Así que no es de extrañar que inmediatamente después de pisar California por primera vez le ofrecieran el papel del Capitán Blood que le catapultó a la fama.
Era mucho demonio el demonio guapo de Tasmania.
Y ahora os dejo con las espeluznantes escenas de la CARGA DE LA BRIGADA LIGERA. Absolutamente espectaculares, pero...¡pobres equinos y qué cabrón el Michael Curtiz!
Apunte histórico: la peli edulcuró mucho la realidad histórica. Esa batalla fue una chapuza militar más debido a que los mandos intermedios no se aclararon con las confusas órdenes del mandamás de turno. Interpretaron que debían cargar, cuando era todo lo contrario. El caso es que la cagada costó la vida de la flor y nata de los militares bonitos de Inglaterra, provenientes todos de acaudaladas y aristocráticas familias, y el escándalo en la opinión pública fue morrocotudo. Eso sí, no dimitió nadie.
ResponderEliminarEres mi crítico de cine favorito Luis. No me quedan muchas ganas de escribir tras el tocho que he soltado en el post anterior, mientras tu escribías este nuevo.
ResponderEliminarSiempre llego tarde. En mi descargo he de decir que cabalgaba en mi propio corcel metálico mientras la batalla se libraba por dentro. Al final ganaban los buenos, ¿no? ¿No es lo que pasa siempre en las pelis?
He estado estos días viendo montañas, altas montañas, como añoraba Bilbo. Rodeado de azul y verde mientras pasaban las páginas y la historia del Corazón Helado. Te he dicho ya que me encanta el libro?
Un abrazo.
El Coraz´´on Helado es una pasada, Angel. Sigue disfrutando cada p´´agina de su lectura, contin´´ua estremeci´´endote con todo por cuanto tuvieron que pasar nuestros abuelos.
ResponderEliminarPues no siempre me gusta que ganen los buenos. Mira ,si no , qui´´en es mi dibujito animado favorito: el Coyote. No sabes las ganas que tengo de que trinque alg´´un d´´ia al jodido Correcaminos.
En el infierno me pido un demonio asi....jeje
ResponderEliminarMe gusta tu descripción de ese guapo demonio.
Y SI, ese director fué un HP...
_______________
Buenooooo ya vuelvo a la tierra...
En estas fechas siempre me voy a VENUs,jajajajaja,(yo me entiendo)
Que tal las fiestas?
Espero que sigais siendo felices!
UnAngel,chiquillo! has estado por Bilbo? que tiempo tan bueno, no te quejaras eh? yo tambien he cabalgado estos dias en mi corcél negro,(ya no es plateada),quizá nos hayamos cruzado!
Sigo llevando el yin-yang, en la trasera de mi casco...(69)...jeje
no lo olvides, por si nos cruzamos.
Abrazosssssss.
Mis mejores deseos para tod@s en este nuevo año!!!
Muy bien... como siempre variado... fijate que no sabia tanto de este actor, y de otros aun se menos, ¿en que planeta vivo?;en fin, me ha gustado tu descripción, clara, personal, pero eso es por la experiencia. Y me paso lo de UnAngel, mientras posteaba un comentario de esos... publicaste esto...asi que resumiendo: bien.
ResponderEliminarPor cierto a Michael Curtiz bien le vino el golpe... yo un poco mas salvaje le hubiera torturado estilo mordor...
De paso, ya comenzó un nuevo ciclo... con cosas de ese querido cuaderno viejo... todos invitados a destr... eee...comentar.
Un Abrazo.
¡Pero bueno!
ResponderEliminarUNANGEL...¡Te acercas a Bilbao!...oyes...pues...¿Y no dices nada? ¡Si me lo dices me acerco a darte un abrazo! Estoy en Santander, ¡al lado como el que dice!...¡Y seguro que Carpita y Man se hubieran sumado al encuentro!
¿No sabes que Carpita y yo montamos el mismo corcel? Ella de paquete en el suyo y yo de piloto Jedi en el mío...Je,je,je...
¡A la próxima...quedada YA!
Cómo calma el espíritu el rodar entre montañas ¿verdad?...No hay nada igual, eso sí...no importa mucho la montura que lleves, es maravilloso hasta en Vespa ¿verdad Luis? Ja,ja,ja, a no ser que encuentres nieve...Swing, swing...
¡Un abrazo fuerte a todos!
Ananda
A mí lo que me gusta con mi Vespa es derrapar en las curvas, no veas cómo tengo las rodilleras de los pantalones, parecen vaqueros del Beckam, esos vaqueros pijos llenos de agujeros que valen 3oo euros.
ResponderEliminar¡Ay como yo te vea, Carpita, circulando por mi feudo!, jajajaja,....No te digo ná de las pruebas que vas a tener que pasar, jajajaja....
Un abrazo muy fuerte
jajajaja, también me estoy riendo porque me pongo en el post a hablar de caballos al galope, y me salís vosotros con vuestras aventuras moteras. Y es que está claro que a vuestras motos las queréis como si fueran cabalgaduras con corazón palpitante. Sois hombres y mujeres moteros que susurran a los caballos mecánicos, jajaja...
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarA ver, a ver, organización. Mea culpa por mentar a Bilbo sin apellidarlo Bolsón, de la comarca, el que se fue con los altos elfos de Rivendel porque añoraba montañas, altas montañas, como aquella donde derrotó al dragón junto a una caterva de rudos enanos en El Hobbit.
ResponderEliminarNo, no me refería al Bilbo de aquí, que tuve la ocasión de visitar el verano pasado, y desde donde sí realicé también una ruta por la zona sur de la Cantabria de Ananda que me dejó con unas ganas tremendas de volver a sumergirme en esos preciosos y verdes mares de helechos. Seguro que volveré, montado en mi corcel, y os avisaré, para tomarnos un café, para miraros a los ojos y daros las gracias por muchas cosas.
Me encantan las montañas, como a Bilbo (bolsón), como las de esta foto que tomé hace un par de meses, o esta otra, del Col D'Oubisque del verano pasado, en uno de mis sitios favoritos en el mundo.
Con esas vistas, Luis, cómo no va a tirar la cabra p'al monte? :-D
Veo que ya has resuelto el problema de los acentos. Te iba a sugerir que comprobases el idioma que figuraba en la barra de tareas, pero ya lo tienes.
Un abrazo.
Luis, no podía dejarte con las ganas, aunque te adelanto que, como en los mejores sueños, su sabor se diluye al alcanzarlo, y nos deja tan vacíos como la contraportada de un buen libro al cerrarse.
ResponderEliminarAvisado quedas.
Atrapado
Y este circula por ahí, pero es mas falso que un billete de 6 euros.
Atrapado2
Un abrazo
jajajaja..! qué mentira más grande el segundo...¡lo han superpuesto para hacer creer que, por fin, Coyote atrinca al jodido Correcaminos!
ResponderEliminarDe todas maneras, Angel, me has hecho feliz. Hasta de las mentiras me alimento si me acuerdo de lo feliz que fui con ellas en vez del daño que me hicieron.
Jijiji.., me lo voy a colgar en favoritos para verlo varias veces.¡ Vivan las mentiras que no hacen daño y hacen felices a los ilusos!
¡Ja,ja,ja!
ResponderEliminarSi es que...al final, Luis, vamos a convertir tu blog en un foro motero.
Nada, Unangel, yo con mi corcel por las montañas de Mordor aún no he ido, pero a tí te veo un maestro del Photoshop, porque la foto que has puesto...¡parece la idílica Comarca del "Señor de los Anillos"!
Donde hay creatividad...¡que se note!
El Correcaminos...El Coyote...¿Nadie se ha preguntado nunca por qué todos los productos que aparecían eran "MARCA ACME"? Con el desastroso resultado que le daban al Coyote...mejor no comprar esa marca. ¡Ja,ja,ja!
Luis, lo sabes perfectamente...entre cada moto y su dueño...hay algo...no sé, especial (y me quedo muy corto)
A veces, ves a la persona y ya intuyes a qué moto se va a subir...o a cúal le gustaría subirse...pero bueno, eso también es otra historia...
¡Un abrazo fuerte!
Jejeje, sí que se le ha ido la mano a Unangel con el photoshop, sí, jajajaja...De todas formas, las fotos son espectaculares.
ResponderEliminarEste blog es más vuestro que mío, Ananda, así que si queréis convertirlo en un foro motero o en un Symposium sobre las distintas formas de hacer una buena paella, o la técnica zen para soportar una entrevista a Zapatero sin blasfemar, adelante.