martes, 15 de noviembre de 2011

LA BOLSA NO ES LA VIDA

Era el santo y seña de los salteadores de caminos de la campiña inglesa, de los forajidos del oeste americano, de los bandoleros de Sierra Morena. Embozados tras un pañuelo escupían esa lapidaria frase con la que amenazaban a sus víctimas: "¡ LA BOLSA O LA VIDA!" Reconozco que algunos me han subyugado por su estilo y sus aventuras románticas. Los hermanos Jesse y Frank James, nuestro ínclito Jose María el Tempranillo, los guaperas Butch Cassidy y Sundace Kid, el revolucionario Joaquín Murrieta. Eran elegantes atracando y no causaban víctimas innecesariamente. Sólo atracaban bancos y diligencias con gente de fortuna. Este empeño por apropiarse de bolsas ajenas les costó la vida a todos los citados menos a Frank James, que tuvo la suficiente inteligencia de retirarse a tiempo. Y en el ámbito literario o cinematográfico ya ni os cuento lo bien que nos puede caer un Belmondo con su Scaramouche o Robin Hodd.

La bolsa o la vida

Ha quedado claro ya cuál de las dos cosas ha prevalecido

La Bolsa.

Antes, los ritos litúrgicos se impartían en latín como una forma de acentuar la ignorancia de la plebe y mantener a raya las distancias con el pueblo. Hasta que llegó Lutero y su Reforma y se impuso, al menos, que la gente pudiera rezar el padrenuestro comprensiblemente en su propio idioma. Ahora nos ahogamos con otro latín, con un lenguaje que continuamente nos está recordando que somos tontos e ignorantes, una críptica liturgia de la nueva religión: letras del tesoro, bonos, primas de riesgo, fondos tóxicos, opciones, obligaciones, pignoraciones, acciones, participaciones en sociedades, depósitos, cuentas volátiles, transferencias de valores....y cientos de cosas más. Para volverse loco.

Creía que la economía estaba constituida por la suma de todos los servicios y mercancías que se producen en mi país. Que son los huevos que ponen las gallinas en las granjas, los cerdos de montanera, los espetos de sardinas de la Costa del Sol, el billete del metro, los ocho días dorados del Corte Inglés, la entrada al Museo del Prado y los chupa-chups que vendemos a Rusia. Pero resulta que no, que andaba equivocado. La economía es una cosa que se decide en la Bolsa. Ahí las mercancías y los servicios no valen un pimiento, sino otros valores. Es un antro elitista controlado por una especie de sumos sacerdotes que deciden que una empresa de berberechos hoy vale cien millones, pero dentro de veinticuatro horas no vale una mierda y tiene que cerrar y echar a la calle a todos sus trabajadores aunque se hayan tirado cincuenta años demostrando eficacia productiva y rentabilidad más que suficiente para retroalimentarse y ampliar su negocio.

Pero es que la Bolsa ya no se conforma con el derecho divino de decidir qué sector o qué empresa se carga, sino que ya se atreve descarada e impunemente a derribar gobiernos enteros. Si el derechista Berlusconi no corta bien el césped donde los jugadores de Bolsa tienen que hacer correr su pelota, a tumbarle se ha dicho, lo merezca o no (hombre, en el caso de Silvio, hasta dos ostias se merece). Y no entienden de ideología. Si el socialista Zapatero resulta que es tonto del culo y despilfarra los fondos del Estado en cheques-bebé, planescé de dudosa necesidad, aeropuertos con tráfico de un avión al día, eres para vagos y simpatizantes, etc, etc..etc....., demostrandeo una y otra vez que no sabe de qué va la película...¡pues leña al mono hasta derribarle! Nunca se había atrevido a tanto la Bolsa. Las ratas financieras con sus especulaciones invisibles e irreales, con sus vuelos fantasmales de un sitio a otro según su conveniencia y su voracidad de ganancias rápidas, ponen de manifiesto algo indiscutible: son los amos y señores y no dudan en derribar gobiernos (preferentemente gobernados por tontoelhabas que no saben protegerse de sus manejos) para satisfacer el ánimo de lucro de sus clientes. Yo, que también soy tonto del culo, voy a retirar este próximo domingo mi confianza en Zapatero porque ha caído en la trampa que le han tendido de la forma más ridícula que imaginar pudiérase, alardeando hasta hace poco de no sé qué de pertenecer a la Champion League, de dar lecciones a Sarkozy y de no sé cuántas manos de póker más. Con su papanatismo no ha hecho sino agravar las consecuencias de una crisis artificial provocada por las ratas bursátiles. No me extraña nada que el Ministro Solbes, gran experto en economía, se diera el piro harto de hacer razonar a Búbu Zapatero que estaba metiendo a España en un grave aprieto si no cortaba de raíz con las generosidades demagógicas

Yo, y tú, y tú también, hemos sido buenos marineros con nuestra conducta cívica y el religioso pago de nuestros impuestos, pero lo mínimo que se puede pedir a un gobernante es lo mismo que a un buen capitán de goleta, que capee bien el temporal y no nos conduzca al Mar de los Sargazos, o peor aún, nos haga chocar contra un iceberg y sigamos la estela del Titanic.

Confieso que estoy indeciso. De aquí al día 20 todavía tengo tiempo para pensar bien qué voto es el que más daño hace a los modernos y nada románticos salteadores de caminos: ladrones, estafadores, especuladores y demás pelaje pirata de alfombra y parquet. Con la inestimable colaboración de políticos incapaces o corruptos, son los grandes beneficiados del río revuelto en el que nos hallamos. Una ralea infumable de psicópatas codiciosos ajenos al sufrimiento humano. Pero, claro, todo esto lo digo desde mi ignorancia supina, porque más de un jugador de Bolsa me refriega que no tengo ni idea de macroeconomía.

Sé que mi voto es un grano de arroz lanzado a través de un canutillo de boli bic. Pero, caráy, una vez en el instituto nos pusimos de acuerdo todos en soplar a la vez el canutillo contra el gorila lomo plateado y abusón y logramos arrinconarle.

Puedes engañarte pensando que la política y todo lo que mueve es tan apestosa que es mejor protegerse de ella tras el pasamontañas del pasotismo, tras nuestro individualismo y nuestro criterio privilegiado. Pero estoy seguro de que, aún siendo una actitud respetable, es un error porque la política prescribe nuestra vida cotidiana hasta en el menor de nuestros movimientos, hasta en el papel higiénico que usamos. Esa actitud es incluso un poquito cómplice.

Por favor, te pido que tú también soples el canutillo y lances tu granito de arroz contra el gorila lomo plateado abusón y psicópata que todavía no se ha enterado de que la Bolsa no es la vida.

9 comentarios:

  1. Al menos, sí tengo claro a quién no vuelvo a votar ni járto vino

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  2. Esto me ha llegado hace unos minutos, justo a tiempo y al mismo acorde que tu post, deseo que tengais unos minutos y si no los teneis robarlos!
    solo si escuchas conoceras

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  3. ¡Ha sido apasionante escucharle!

    Es curioso que este hombre que se explica tan bien y de forma tan didáctica y que demuestra tener profundos conocimientos sobre economía, haya coincidido en su diagnóstico con él en general a pesar de que quien suscribe no tiene ni pajolera idea de economía.
    Pero no me extraña. Es lo que pasa con las cuestiones que son de cajón de madera de pino, tan obvias. Es que ya es descarada y sangrante la forma en que actúan y si hay que cerrar las Bolsas, se cierran, coño! Y si hay que decirles que vayan a cobrar la deuda a su puta madre, se dice. Y si los políticos, como representantes nuestros, no ponen coto a las especuladores en vez de alfombras, se les tira a patadas del poder, y a los que se pringuen más de la cuenta por acción u omisión, se les juzga, se les piden responsabilidades.

    Muchas gracias por el interesantísimo vídeo de Pedro Olalla. Un beso, Megustas ( no niegues que tú, en el cole, eras de las que apuntabas al ojo con el canutillo de soplar granos de arroz)

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  4. Mira, Megustas, estoy pensando que una de las razones por las que me encanta el blogueo es por las gratas sorpresas que me llevo muchísimas veces gracias a vuestras aportaciones. Otra vez te doy las gracias, hermosa.

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  5. y yo te las doy a ti, ilusoluis, cuando me sorprendes haces que me motive a escribir.jejeje, Cierto que aun tengo puntería con el canutillo aunque te confieso que algun grano de arroz me trago de vez en cuando!!!

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  6. ¡Si señor! ¡Excelente post!
    Me ha encantado ¡todo!

    Muy bueno el enlace de "megustas", muy interesante y esclarecedor...Merece la pena escucharlo hasta el final, no tiene desperdicio.

    Mirad lo que decía Daniel Cohn Bendit en el Parlamento Europeo hace mas de un año...y no estaban las cosas como ahora...¿Le escuchó alguien? Parece que no...

    http://www.youtube.com/watch?v=nqno8H-mjeY

    ¡Pone los pelos de punta! Así va el mundo actual...

    ¡Un fuerte abrazo!

    Ananda

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  7. Luis, yo también tengo claro a quién no votar pero, entonces ¿A quién...?????? buuaahhhh! y mira (snif!) que me empeño en ponerle ilusión a todo (snif!) o por lo menos un poquito de pasión...

    Un beso,

    PD: Tus comentarios me tienen anonadada...me derrito...Gracias, Luis por tu inigualable compañía.

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  8. Genial post, Luis.

    Me sumo al clan del canutillo :-D No nos van a hacer caso, pero espero pasármelo pipa, como de niño (bueno, más niño que ahora) :-D

    La bolsa no es la vida, afortunadamente, pero los que la sujetan con mano sarmentosa y espinada nos la han estado jodiendo bien, y temo que nos tengamos que enterar todavía más.

    No se debería jugar con macronúmeros, sino con trabajar con personas.

    Buen fin de semana

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  9. De nada, Pat. Un beso y...no creas..., saber a quién no votar es el cincuenta por ciento de las elecciones. Es mucho

    Angel: si ahora resulta que se arregla todo, a partir de mañana día 21, me voy a mosquear de verdad. Entonces será más verdad todavía lo que dice P. Olalla, que estamos bajo una dictadura.

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