"Quieres que
sea
La prisionera
indómita
de tus prisas
adiestradas…
La boca cerrada
que todo lo
sabe
y que todo lo
calla;
La vendetta
de tu propio
juicio
y de tu risa
sosegada…
Entre tu querer y el
mío
dista algo más
de un minuto
de calma,
de
caricias,
de
palabras,
de saberme
amada
hoy,
ayer
y también
mañana…
No está hecha esta
miel
para el que sólo
engulle.
Ni son las
palabras
de quien las hace
parcas.
Y de quien sabe
que a las
verdades
las mentiras le
atribuye,
que no espere más
que poder
llenar
de suntuosos vacíos
sus arcas"
poema de Sol Pereda que quiero dedicar a Urlanda, una amiga que lo pasa mal en un mundo donde las mujeres son solo una pasión introvertida y urgente, en un mundo donde la carne se deshuesa en el alma,
los labios quieren ser cosidos en el tiempo, los corazones marchitados y las voces de las mujeres con valor prensadas en el desprecio machista
Todas las mañanas quiere volar y sé que nadie tendrá nunca más valor que ella para atreverse a cortar sus alas
Escuchar una de las canciones más hermosas del mundo en la voz de Plácido Domingo es un placer casi tan infinito como el de sentirme tu amigo, querida Urlanda. Un besazo
ResponderEliminarQue bonita y cariñosa dedicatoria, Luis. Dices que "Todas las mañanas quiere volar y sé que nadie tendrá nunca más valor que ella para atreverse a cortar sus alas" No sé si te entiendo, pero puedo asegurarte que hay muchas formas de cortar las alas a las mujeres; el chantaje emocional es una de ellas, y si en éste se encuentran los hijos no hay más que hablar; nos las cortamos nosotras... directamente.
ResponderEliminarBesos,
Suele ser lo primero en amputarse una mujer,las alas.
ResponderEliminarDespués vienen sucesivas amputaciones.Cada vez van siendo menos dolorosas y la resignación hace que ya no sean ni tomadas en cuenta.
Un abrazo a tod@s y en especial a ti ,Urlanda.
xulita
No me hace falta comprender los detalles para sumarme con un abrazo y una sonrisa, pues me basta con la dedicatoria de Luis.
ResponderEliminar¡Precioso el poema de Sol Pereda!
ResponderEliminarUrlanda sabe...y calla...
Urlanda -guerrera- se sabe amada, hoy, ayer y también mañana...aunque tal vez, no como ella quisiera...
Un día descubriremos todos que nada, que nadie, nos puede impedir volar ¡incluso sin alas!, otra cuestión muy diferente es si estamos dispuestos a asumir el precio a pagar...a veces...el precio es alto, a veces...la muerte.
¡Un fuerte abrazo para los dos, para tí, Luis, y para Urlanda!
Ananda