EL RENEGADO

Se llamaba Gonzalo Aroca, conocido también como Gonzalo Guerrero. Y vivió y murió antes, mucho antes que la magia del cine nos embriagara con las heroicas historias del teniente Dumbar Kevin Costner ( Bailando con Lobos) y del Hombre llamado Caballo ( Richard Harris)


Nació en el onubense pueblo de Palos de la Frontera, un pueblecito pescador que seguiría ocupando un simple punto en el mapa de España si no fuera por un hombre llamado Cristóbal Colón con ganas de comprobar por sí mismo lo que le contaron en las Islas Madeiras dos náufragos supervivientes acerca de nuevas tierras extrañas ( yo he leído ese documento autógrafo de manos de la duquesa roja, la duquesa de Medina-Sidonia en su fundación de Sanlúcar. La historiografía oficial no lo acepta. ¡Anda que no es la misma letra del Almirante !). Pequeña disgresión: ¿qué tendría de particular aceptar que Colón conocía de antemano la existencia de esas tierras que él creía  eran las de Cipango y Katai (Japón y China)?. ¿Le resta mérito a la epopeya colombina?. Ídem de ídem: ¿qué tendria de particular que Jesús de Nazareth estuviera casado y con hijos? ¿ Le quita mérito al cristianismo?. En fin, que la historiografía cuando se pone intratable aún con pruebas resulta más falsa que la monja de la Quina Santa Catalina

En ese pueblo Colón halló valiosos socios y enroló a marineros sin miedo al Océano Tenebroso, sintomático nombre por el que era conocido el Atlántico, o con más miedo al hambre; más lo segundo que lo primero.

Pues en ese pueblo nació Gonzalo. Y creció siendo testigo de la súbita animación y protagonismo que tenía su hasta entonces apacible e insignificante pueblecito pescador.
Gonzalo soñó desde su juventud con imitar a sus mayores y vivir la aventura de conocer nuevos mundos.

Y lo logró. Logró pasar a la historia, pero no a la nuestra, sino a la de México. La nuestra le condenó al olvido, al ostracismo oficial, y sólo se referiría a él para humillarle con un menospreciante epíteto cada vez que se le nombrara: el renegado, Gonzalo el Renegado.

¿Y por qué?

                              Monumento en Akumal, México 

Gonzalo estuvo al servicio de las casi dos únicas figuras dignas del Descubrimiento de América, Vasco Núñez de Balboa y Alonso de Ojeda , y fue uno de los ocho supervivientes de un naufragio frente a las costas de Yucatán. Al igual que Cabeza de Vaca, pasó varios años siendo esclavo de los indios de esa costa occidental dominada por tribus mayas. Por sus conocimientos, por su arrojo, por su inteligencia, porque sin duda también era un hermoso ejemplar varonil, porque como Tarzán salvó al cacique local de ser devorado por un caimán, poco a poco Gonzalo fue ganándose la confianza y la admiración de sus captores. Gonzalo se identificó tanto con ellos que llegó a formar una familia numerosa casándose con la princesa maya Zazil Há, y se convirtió en un gran Jefe, combatiendo hasta el final contra los conquistadores españoles empeñados por aquel entonces en arrasar todo lo que se interponía entre ellos y su codiciosa sed de oro. Pereció defendiendo a los suyos y al sagrado espíritu de la sangre y la tierra.

En México le veneran como Padre del Mestizaje, y para ellos sigue siendo un héroe.

¿Os recuerda a algo esta historia? ¡ Claro que sí…! Si Gonzalo fuera yanki en vez de español, Hollywood no tendría que haberse inventado la figura del Teniente Dumbar y sería Gonzalo quien hubiera bailado con el lobo Calcetines simplemente siendo rescatado de las páginas de la Historia.

Defender y luchar por conceptos ajenos, vacíos. Defender por oficio. Defender banderas, no modos de vida. Cuando la ideología son las armas y la obediencia debida. Cuando el mero deber descubre que su contrincante es el instinto y el amor, …se lleva siempre una sorpresa y se siente traicionado. Los conceptos deber, patria, bandera, se diluyen ante el corrosivo ácido que significa luchar por amor por los tuyos. Esos soldados mercenarios embrutecidos por su salvaje codicia no podían entenderlo.

Por eso le llamaron Gonzalo el Renegado. Pero nosotros sabemos que Gonzalo fue fiel hasta el final a su única patria, la que se fabricó en su pueblecillo mientras , soñador, pasaba de la niñez a la juventud y de la juventud a la madurez en busca de un destino que le aguardaba, esa patria que llevaba en las suelas de sus mocasines y que al final acabó aguardándole en la alegría de las risas de sus niños y las caricias de la princesa Zazil Há, la princesa de su corazón, por quienes luchó hasta la muerte contra sus propios compatriotas.
¿Quieres a los tuyos hasta la muerte? Porque ahí está la diferencia entre ser un auténtico renegado o un verdadero héroe.

Siempre que escucho a Miguelito esta canción me acuerdo de Gonzalo: