Ben es un galante profesor universitario sesentón alérgico al compromiso.
Galante porque imparte sus clases doctorales con ese embeleso que sólo dimana de los enamorados de su oficio y que -por obra y magia de una alquimia con muchos quilates de seducción personal- le permite convertir una aburrida clase de literatura en una montaña rusa de sensaciones. Ben es un artista de la comunicación, un brujo de la palabra y un pausado y distinguido emisario del Arte traducido en clave poética por su demiurgo.
Penélope es una estudiante veinteañera muy especial. Una rara avis bella, apasionante, un rostro de pastelería, inteligente, de mirada vivaz y ondas serenas, dueña de una incontenible irradiación erótica capaz de hacer saltar el contador géiser de un hombre acostumbrado a rastrear con éxito fugas radioactivas en busca de sexo.
No es la primera vez que intenta con éxito una relación con una alumna suya recurriendo exclusivamente a su poderoso atractivo intelectual y dejando al físico en un plano forzosamente secundario. Ya no es un jovencito, pero se complace en esa especie de relación socrática que inicia con ella al principio, una relación entre profesor y alumna con derecho a roce que le reporta un impagable soplo de aire fresco, y Penélope interpreta a un ser que es pura brisa. Una vez más se produce esa familiar transacción que consiste en sexo y cierto cariño edípico a cambio de ser instruida en disciplinas capaces de aplacar las hambres del alma: música, cine, teatro, literatura, experiencia...
Pero..., el profesor alérgico al compromiso no cuenta con un pequeño detalle en el que no repara suficientemente. Ella termina amándole con todo su ser.
Se acaba de cruzar en su vida una obra de arte a la que le importa un pepino la diferencia de edad y el azar le regala al viejo profesor la oportunidad de su vida: una mujer casi angelical aún en sus aristas turbias se enamora sinceramente de él y le acepta con todas sus consecuencias. Pero esa aceptación se estrella contra unos sentimientos de inseguridad y un escepticismo con raíces egoístas que devoran como un cáncer el aplomo del profesor hasta derrumbar su estilo de vida.
El profesor experto en libros, poesías, música, cuadros, el experto en fascinar a sus auditorios hablando de obras maravillosas nacidas del ingenio humano, no es capaz de reconocer una obra de arte que camina, respira , ama y tiene sangre en las venas y que quiere colgarse de su vida como un cuadro quiere vivir en el Louvre.
Y se escabulle. Se esconde. Entra en pánico. No se siente capaz de admitir que algo tan extraordinario le esté sucediendo porque piensa que a los viejos no les puede ocurrir esas cosas sin que a cambio tengan que sufrir como cabrones cuando les abandone el vigor físico.
Penélope, en el día más importante de su vida, sufre la terrible decepción: el abandono de aquél a quien quería con toda su alma y la desagradable sorpresa de descubrir la dimensión de su cobardía.
No es hasta que el cáncer cambia de bando que la realidad se impone. El trueque es muy doloroso para ambas partes. El cáncer psicológico de Ben atormentado por su declive físico es arrinconado por el cáncer físico que sega en seco la belleza de Penélope. Hasta ese momento, no es consciente el viejo profesor del desperdicio vital, imperdonable, del que es culpable.
Apenas queda tiempo en la cabecera de la cama de su obra de arte enferma para sentir tanto amor y tanto remordimiento ......Un amor por fin despojado de dudas y abierto en canal, inmenso e incondional ya para lo que quede de tiempo, pero patéticamente llegando tarde a la cita.
Galante porque imparte sus clases doctorales con ese embeleso que sólo dimana de los enamorados de su oficio y que -por obra y magia de una alquimia con muchos quilates de seducción personal- le permite convertir una aburrida clase de literatura en una montaña rusa de sensaciones. Ben es un artista de la comunicación, un brujo de la palabra y un pausado y distinguido emisario del Arte traducido en clave poética por su demiurgo.
Penélope es una estudiante veinteañera muy especial. Una rara avis bella, apasionante, un rostro de pastelería, inteligente, de mirada vivaz y ondas serenas, dueña de una incontenible irradiación erótica capaz de hacer saltar el contador géiser de un hombre acostumbrado a rastrear con éxito fugas radioactivas en busca de sexo.
No es la primera vez que intenta con éxito una relación con una alumna suya recurriendo exclusivamente a su poderoso atractivo intelectual y dejando al físico en un plano forzosamente secundario. Ya no es un jovencito, pero se complace en esa especie de relación socrática que inicia con ella al principio, una relación entre profesor y alumna con derecho a roce que le reporta un impagable soplo de aire fresco, y Penélope interpreta a un ser que es pura brisa. Una vez más se produce esa familiar transacción que consiste en sexo y cierto cariño edípico a cambio de ser instruida en disciplinas capaces de aplacar las hambres del alma: música, cine, teatro, literatura, experiencia...
Pero..., el profesor alérgico al compromiso no cuenta con un pequeño detalle en el que no repara suficientemente. Ella termina amándole con todo su ser.
Se acaba de cruzar en su vida una obra de arte a la que le importa un pepino la diferencia de edad y el azar le regala al viejo profesor la oportunidad de su vida: una mujer casi angelical aún en sus aristas turbias se enamora sinceramente de él y le acepta con todas sus consecuencias. Pero esa aceptación se estrella contra unos sentimientos de inseguridad y un escepticismo con raíces egoístas que devoran como un cáncer el aplomo del profesor hasta derrumbar su estilo de vida.
El profesor experto en libros, poesías, música, cuadros, el experto en fascinar a sus auditorios hablando de obras maravillosas nacidas del ingenio humano, no es capaz de reconocer una obra de arte que camina, respira , ama y tiene sangre en las venas y que quiere colgarse de su vida como un cuadro quiere vivir en el Louvre.
Y se escabulle. Se esconde. Entra en pánico. No se siente capaz de admitir que algo tan extraordinario le esté sucediendo porque piensa que a los viejos no les puede ocurrir esas cosas sin que a cambio tengan que sufrir como cabrones cuando les abandone el vigor físico.
Penélope, en el día más importante de su vida, sufre la terrible decepción: el abandono de aquél a quien quería con toda su alma y la desagradable sorpresa de descubrir la dimensión de su cobardía.
No es hasta que el cáncer cambia de bando que la realidad se impone. El trueque es muy doloroso para ambas partes. El cáncer psicológico de Ben atormentado por su declive físico es arrinconado por el cáncer físico que sega en seco la belleza de Penélope. Hasta ese momento, no es consciente el viejo profesor del desperdicio vital, imperdonable, del que es culpable.
Apenas queda tiempo en la cabecera de la cama de su obra de arte enferma para sentir tanto amor y tanto remordimiento ......Un amor por fin despojado de dudas y abierto en canal, inmenso e incondional ya para lo que quede de tiempo, pero patéticamente llegando tarde a la cita.
"El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan... demasiado rápido para aquellos que temen.... demasiado largo para aquellos que sufren.... demasiado corto para aquellos que celebran... pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno."
"quiere que no midas cada paso
quiere que no des pasos de más
quiere que la quieras
y le enseñes dónde queda
la felicidad
quiere que la abraces y la calmes
quiere que la dejes descansar
quiere que sonrías
y le cures las heridas
de la soledad
quiere todo el tiempo
para respirar
y que respires
tiempo para dar
cuidar
cuidarte y que la cuides
tiempo
para amar tu amor
amar su amor
llamar armar
y amarte amor
quiere que le des espacio y tiempo
quiere que le cuentes tu dolor
quiere que la quieras
y encender como una hoguera
toda su pasión
quiere que la amarres a tus besos
en el paladar de tu sabor
quiere que sonrías
y sentirse protegida
de tu corazón
quiere todo el tiempo… "
Buenos días.
ResponderEliminarPara variar, me ha enganchado desde las primeras líneas tu comentario, dejándome con el vacío que sólo se llena al contemplar la fuente de la que provienen tus palabras. Especialmente esa última cita sobre la relatividad del tiempo en clave de percepción personal.
Un abrazo.
Un abrazo, Angel. Gracias.
ResponderEliminarChaplin y Oona
Cela y Marina Castaño
Borges y María Kodama
Alberti y Asunción Mateo
Angel González y Susana Rivera
¿Demi Moore y el Asthon Kutcher?
Alberto Moravia y Carmen Llera
Carmen Posadas y Mariano Rubio
..., por poner algunos ejemplos...
Digo yo que alguno será verdad, que será verdad que hay amor , Amor, a pesar de la gran diferencia de edad
La diferencia de edad es física. El amor no lo es, aunque sintamos sus efectos en el plano físico del que estamos en su mayor parte formados.
ResponderEliminarAl amor no lo puedes frenar, y si lo intentas sólo conseguirás una honda amargura como compañera de una vida gris y anodina.
Exacto, Angel. Lo que has resumido tú en pocas palabras es lo que Isabel Coixet intentó transmitir con esta película tan intimista
ResponderEliminarUn post muy hermoso...
ResponderEliminarUna canción preciosa...
Pero la palabra "Quiere",el título de la canción, me trae recuerdos a la memoria...Fue en su día la preferida, la mas utilizada, la siempre presente en cada conversación...en primera persona "QUIERO", por alguien a quién amé (y sigo amando, a veces desde la distancia, a veces desde el fugaz reencuentro...)
Para mí es una palabra maldita, una declaración de intenciones que precedía siempre a la batalla, un aviso inmisericorde de que el amor nunca es suficiente asfixiado por las fantasías, los sueños, las demandas y la ambición de estar siempre en un lugar diferente, la aspiración de ser siempre quien uno no es, de hacer cosas sin motivo alguno sólo porque los demás también las hacen...
"Quiero" es, para mí, en el recuerdo de aquel contexto, la tarjeta de presentación de la ambición convertida en mujer...
No...Incluso cuando decimos a nuestra pareja "te quiero" estamos utilizando un posesivo...¡Y hablamos de amor!
El Amor no entiende de posesivos, el amor es tímido, atento, receptivo al máximo en el respeto hacia uno mismo y hacia el otro...
El Amor, no necesita de dos, es una cualidad interna de cada uno (como lo es la bondad, la ecuanímidad, el valor, la generosidad...) que a veces...se comparte entre dos.
El Amor de verdad...no es para cualquiera, aunque así lo crean la mayoría de las personas...El Amor es un Camino que se revela por sí mismo todos los dias al caminante que mantiene su corazón limpio y atento...
"Quiero" o "Quiere" no entra por ninguna puerta ni por ninguna ventana en un corazón con alma...Porque la palabra "quiere" siempre está atenta a conseguir sus objetivos...aunque esos objetivos la alejen del Amor.
"Quiero" es un narcótico potente y letal, es una pócima para olvidar a quien...creemos amar y denominamos, en vano, "nuestro gran amor..."
Os dejo un enlace a otros tipos de "quiero"
http://www.youtube.com/watch?v=KkLHMAwkdJQ&feature=related
¡Un fuerte abrazo!
Ananda
el amor va mas allá de calendarios y prejuicios,aunque estos tengan un ,a veces ,aplastante poder sobre los seres humanos.
ResponderEliminarun abrazo tocayo.
Saramago y Pilar del Rio...
ResponderEliminarcasi diez años separan el nacimiento de mi amor y el mio
en él no busqué...encontré todo lo que una mujer espera...amor, libertad, pasion,comprension,entendimiento...es mi AMOR y los años físicos que nos separan nunca han sido un obstaculo, muy al contrario han creado una ligazon que nos une cada dia más
Lloré como una loca con esa peli bella (bue, por estos tiempos, hasta con Los Simpsons lloro).
ResponderEliminarPero en lo personal, coincido con UnAngel en que la parte final -en cuanto al tiempo- me llegó más que más. Y tú bien sabes cómo cuenta.
Sin palabras Luisito, precioso post.
Un besazo y buen finde para tod@s
Diez años no es nada, Sara, pero me alegra mucho que hayas encontrado en T. todo lo que expresas.
ResponderEliminarZuly, ..¿con los Simpson también llorabas? Pues sí que estabas sensible...Gracias, hermosa.
Y tan aplastante, Incal, tan aplastante. Pero no es la edad lo que más aplasta a la hora de las elecciones. Todavía hay condicionantes más cabrones. Un abrazo
Ananda, pues qué te voy a decir a tí. No puedes negar que si Ben es alérgico al compromiso, tú lo eres a todo lo que implique posesión y condiciones. Sin embargo, el amor común, el vulgar, ése es el principal accionista de esas dos empresas: Condiciónes S.A y Posesión S.L. Depende de tí que sus beneficios te hagan vivir bien o llevarte a la ruina. Un abrazo, majo.
Me parece Luis, que estás un poquito ácido para conmigo, pese a no entenderlo. Pretendí decir que por estos días estoy con un problema en los lacrimales, y que tú sabes bien cual es la causa, no? el estado del tumor de Antonio. O sea, no estoy bromeando
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarLo siento, Zuly. Sí creí que estabas bromeando Nada más lejos de mi intención el regodearme con tu dolor. La verdad es que no había pensado en lo de Antonio a la hora de soltarte la bromita que ahora lamento. Hoy no tengo un buen día.
ResponderEliminarPerdón
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarNada, Roji, no te preocupes, que a mí no me has molestatado en absoluto. Un beso
ResponderEliminarLamento Luis que no tengas buenos días, ojalá pase pronto.
ResponderEliminarRojis, agradezco tus palabras pero re tranqui que en ninguna ocasión me ofendí por tus comentarios. Ni siquiera me ofendí con los de Luis. Simplemente me llamó la atención su actitud ante mi comentario. Pero llevas razón: el mundo del ciberespacio tiene esa peculiaridad, que al no ver nuestros gestos al hablar -escribir en este caso- cambia mucho el contexto de lo que uno quiere expresar en ocasiones. Pero sin dudarlo, la susceptibilidad mayor o menor con que recibes lo que lees, se ve influido por la situación del momento en que transitas.
Disculpen ambos también mi acelere.
Un beso a los dos
Un beso, Zully
ResponderEliminarSi algo han conseguido mis Asombritos a lo largo de estos dos años y poco que llevan expuestos como un corazón tendido al sol, es que han conseguido dar forma a una buena amistad entre los que han querido tenerla y cultivarla. E incluso más allá, porque el amor bonito que quiere bien y perdona siempre también ha sentado plaza. En serio que es lo que más valoro de todo. Si este blog no sirviera para hacer buenos amigos, lo clausuraba aplicando la ley antitabaco o la que me aconsejarais tú o Roji, que sois las expertas en materias legales.
En realidad, me interesa vuestra amistad por si alguna vez tengo que contratar los servicios de un abogado/a. Supongo que me haríais un precio de amigo y que con la minuta que os pagara me invitaríais después a comer a un guanche un sabroso filetón
argentino.
Ya estarás comprobando que mi amistad es desinteresada.
Otro beso, preciosa
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarTocayo:pase por mi blog,alli tenga algo para usted.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Muchas gracias a todos por vuestras atentas felicitaciones !
ResponderEliminar¡Ja,ja,ja!
Efectivamente, Luis.
No, no soy alérgico al compromiso...y al día de hoy aún estoy pagando, y bien caro, esa "virtud".
Respecto a "Condiciónes S.A y Posesión S.L. " Si, también es verdad lo que dices, se puede hallar en el amor "común", el amor común...ese que no es ni será nunca amor de verdad, ese que vuelve grises a las personas, que supuestamente viven felices en pareja pero que las hace pensar,soñar y desear a otras...Yo no quiero eso para mí, amigo, pero respeto al que así lo quiera...
Roji...Un juego debe tener siempre una reglas conocidas por los participantes...y aceptadas libremente por éstos. Si no se conocen las reglas...lo mejor es abstenerse de jugar...
A menudo las metas o los objetivos no coinciden en una pareja, y aunque haya una excelente relación, ésta se separa. Juzgar a los demás por nuestros propias ideas, nos aleja de ellos porque no se comparten...unas reglas, las mínimas...imprescindibles...justas... reglas de juego.
Lo que para uno puede ser respetar al otro, para ése otro, puede ser interpretado como simple y llano desinterés...
Tener claro qué queremos en el Amor,(y sobre todo qué es para nosotros el Amor) facilita mucho las cosas...a nosotros mismo y a los demás.
Basta escuchar a veces un poquito al otro para comprenderle y darse cuenta de en dónde está...Porque no todo el mundo está en el mismo sitio en el mismo momento. El que hoy se aleja de tí porque no comparte tu forma de interpretar o sentir el amor, mañana puede estar en ese mismo punto...pero tú, a lo mejor, ya estar en otro muy distinto.
El que se lanza a la batalla sin posibilidad alguna de éxito, y sin reflexión, está desperdiciando su vida...
Entregarse a la lucha, ¡sí! pero no cuando aún no es el momento...Eso...te lo enseñan los años...la experiencia...y el dolor...
Jugar...¡si! pero siendo muy consciente del precio...y estar dispuesto a pagarlo...y tener con qué pagarlo...
La humildad sabe mucho Roji, sabe que la prudencia es sabiduría, y sabe que...olvidada la humildad, la vanidad en su profunda ignorancia, lleva inevitablemente a la derrota...
Zuly...¡Ya sabes cómo es esto de escribirnos! Como no nos vemos las caras ni el contexto, siempre está la posibilidad de los malentendidos... ¡A la porra los malentendidos! Incluso...¡A la porra los bienentendidos! Ja,ja,ja.
¡Un abrazo, mi cariño y mucha suerte para Antonio!
¡Un abrazo a todos!
Ananda
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHace poco escribí acerca de lo pobres y parcas que son las palabras, así que me vais a permitir que lo que escriba aquí y ahora sea un abrazo, grande y sincero, para ambos.
ResponderEliminarRoji...¿Perdón?
ResponderEliminarIncreible. No voy a comentar mas...
He leido tus post...y he releido el mío a ver...qué...por dónde...a raíz de que...
Has metido la pata, hasta adentro, a causa del mismo malentendido de otros desencuentros, y no es la primera vez, amiga. No es la primera vez que te pasa conmigo...(y también con otras personas, pero eso no es asunto mio)
Renuncio a entrar en explicaciones porque veo que es inútil (basta con leer imparcialmente el post para darse cuenta de que hablo de MI vida y de MI historia, no de la tuya...Doy mi opinión PERSONAL, a algo que has comentado tú)
Si todos los comentarios automáticamente los interpretas en clave 007 como supuestamente dirigidos a tí...
En fín. Recibid mis disculpas sinceras, lamento el tema en la parte que me toca y me hago responsable exclusivamente de MIS palabras, MIS sentimientos, MIS ideas, MI vida y MI historia personal...El resto, cada cual lo suyo.
¡Un fuerte abrazo a todos!
(Muchas gracias Unangel, otro para tí)
Ananda
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarAquí no soy quien para absolutamente nada, pero no puedo. No puedo volverme permeable a vuestros corazones sólo cuando desbordan alegría, y el daño también me llega. Por favor, no sigáis por ahí. Seguro que vosotros lo soportáis, pero yo no.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar