MAMÁ CUMPLE OCHENTA AÑOS

Doñísima, nuestra querida hermana mayor,  no está en la foto porque ya había cumplido 18 tacos y la foto era para el carnet de Familia Numerosa. Ahora ese carnet se lo dan a cualquiera, pero en aquella época había que hacer mucho bulto en una foto de grupo para obtenerla. Por eso mi hermana pequeña tenía esa cara de susto  " ¿dónde voy sin mi hermana mayor? ¿ Qué hago yo sin ella?"..jijijiji...

En lo concerniente a mí, estoy igualito..., quiero decir que la abertura de la camisa es idéntica

Fue muy desafortunado mi padre. Cuando estaba a punto de empezar a saborear con placer esa nueva etapa de convivencia familiar con hijos que empezaban ya a volar sin motor, hijos que habían heredado su incombustible sentido del humor, va y se nos muere a una edad que yo mismo ya dejé atrás hace casi quince años. Muy joven, demasiado pronto y en contra de una lógica biológica impresa en la naturaleza que procura no dejar a siete cachorros sin protector. Pocas veces la naturaleza salvaje se atreve a tanto.

.- " ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está papá? No entendemos nada"

Mis hermanos pequeños...., no sé.., no sé cómo lo encajaron. Observo en la foto sus caritas y no pueden evitar que se asome por sus ojos un sentimiento de estupor, atrapados por lo que a la infancia nunca le preocupa , el temor al qué pasará luego.

Sin embargo, los mayores teníamos otra expresión. Es el semblante de los que sabían qué tenían que hacer.

Qué tenían que hacer para que la tristeza no deprimiera nuestra siempre alegre casa

Qué tenían que hacer para que pasara de largo la miseria a la que estábamos condenados por la pensión irrisoria que le quedó a mamá.

Qué tenían que hacer para permanecer unidos y espantar el peligro de la desintegración familiar

Qué tenían que hacer para cumplir el contrato que firmamos con los genes de unos padres luchadores que conocieron toda clase de penurias y sacrificios.

Tuvimos suficiente con ser testigos de cómo se levantaba cada día, de cómo no cejaba, de cómo en ningún momento se vino abajo. De cómo siempre nos llevaba limpios y dignos.Y de cómo, año tras año, el Día de Reyes amanecía con todo el salón repleto de regalos servidos por los Tres Reyes Magos que visitaban mi casa todos los días del año: el amor, la voluntad y la risa

Nos bastó con hacer una cosa muy sencilla

Nos bastó con mirarla

A ella

mi Madre

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No permitamos  que el hogar en el que seguimos viviendo juntos gracias a los recuerdos se estropee nunca. Hay que celebrar más Días de Reyes Magos pensando que ahora los regalos son nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.

Os quiero