Entre asombros, sombras, luces y quimeras, sólo soy un hombre iluso entre las fieras...
jueves, 15 de noviembre de 2018
MUCHO STAN LEE
Contra la cutre, mezquina, mediocre, chanchullera, mentirosa, corrupta, paticorta e hipócrita clase política actual, contra el pesimismo, hartazgo y hasta repugnancia que provoca enterarse uno de las noticias que se suceden y que no deberían desembocar en el desengaño hacia el significado de la palabra democracia, contra toda esta maraña de insensatez humana: Stan Lee.
Mucho Stan Lee, mucho cómic, mucha buen libro, mucho viajar, mucho departir con amigos, mucho dejarse abrazar por quienes te quieren, mucha música transportadora, mucho rodearse de buenas personas, mucho disfrutar de la soledad escogida, mucho cine de calidad, mucho pasear para oxigenar el espíritu, mucha fantasía, mucho asombro del bueno.
Me imagino a Stan llegando a las puertas del cielo y siendo recibido por San Pedro. Stan parándose ante el santo cancerbero y mesándose la barbilla mientras examina de arriba a abajo a San Pedro. Abriendo a continuación su maleta y extrayendo de ella unos leggins, una camisieta estampada con vivos colores, un antifaz y una capa de superhéroe, y obligando a vestirse con todo esto a un sorprendido San Pedro.
.- " Mejor, mucho mejor, Capitán San Pedro"
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Infinitas son las horas de felicidad infantil que me ha procurado el mundo de Stan Lee.
ResponderEliminarDescanse en paz y gracias por poblar este mundo de malhechores reales de superhéroes de fantasía.
..."malhechores reales y superhéroes de fantasía", perdón.
ResponderEliminarIlusuco, estaba seguro de que dedicarías una entrada al padre de la Marvel. Pero no me esperaba que me hicieras reír con ese capitán san Pedro. Qué solito se ha quedado este patio antes tan animado. Se escuchan a los grillos. Hablamos de ti hace poco con gran respeto y cariño. Creo que estás muy por encima de nosotros y que no hemos sabido estar a la altura de tu generosidad. Pero no dejes de escribir porque haces más compañia de la que te imaginas y lo haces muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues agradezco tus amables palabras, pero más agradecería que te identificaras. No entiendo el motivo por el que no lo haces y, aunque sospecho quién eres, tengo mis dudas, porque también mi amiga Sara-Agar me llama así. En fin, respeto tus motivos. Un abrazo igualmente y gracias.
ResponderEliminarHola Luis y visitantes.
EliminarMe he trasladado temporalmente a otra casa y no tengo mis pecés de sobremesa, que son los que manejo con menor insoltura. He probado a comentar un par de veces con este portátil y con el iPad, dispositivos en los cuales mi torpeza alcanza cimas estratoféricas, pero el texto se quedó en el éter. Algo de la identificación sería, porque había superado la prueba anti-robots.
No soy de comics, excepto de Tintín, del cual tengo la colección completa en inglés, la compré en un mercadillo de Portobello Road,, y también la de Asterix, que me gusta mucho menos. Prefiero la línea clara.
De niño sí leía muchos tebeos, el TBO antonomásico, el Jaimito, el Pulgarcito, y de Brasil mis primos me traían a los Peanuts. Yo siempre me consideré Linus van Pelt, el de la mantita (y esto va sin segundas). De hecho, usé Linus como nick en algún lugar social.
Fue una pena que un comentario se quedara sin ser publicado en el anterior hilo, porque incluí un relato con un Louis que fue compañero de cole de un malvado de aquella historieta. Un judío católico de familia muy acuadalada ——al punto que el retrato de boda de su hermana fue pintado por Klimt——, al que el bellaco del cuento le tenía especial tirria, no sólo porque envidiaba su estatus académico (lo adelantaron un curso respecto a los de su edad, mientras que nuestro particular protervo era repetidor), sino también porque uno de los varios hermanastros del villano había trabajado servilmente en la lujosa mansión del cerebrito. Y ya se sabe que uno odia la mano que mece tu faldriquera y te da de comer.
Y parece ser que ese odio hacia Louis tuvo conseciencias pasados los años. De manera que los miembros de la tribu de Louis fueron perseguidos y exterminados.
A ver si hoy hay fortuna y me publica el comentario. Estaba mucho mejor pergeñado el que se perdió el otro día. Hoy voy con prisas... ya sabes, los traslados y sus inconveniencias.
Un abrazo a Megustas, Ananda, NoImorta, Carpe-Doem, Alexandra, Nuria y todos los demás.
Si no lo has hecho, Luis, cosa que apostaría que no es novedad para ti, te recomiendo que leas algún libro sobre ese brillante personaje.
Tenía yo una amiga que no dejaba de citar los profundos pensamientos filosóficos de ese Louis, pero toda su sabiduría no le bastó para librarse de mi crematorio de cultas latinipardas prescindibles.
Sí, hubo una época —escupo en mis manos al teclear esto—, en que, ocasionalmente, me llamaba Linus. Era como un guetto, Merseidis no se llevaba con su cuñada, ni con aquel vecino o aquellos compañeros de trabajo a causa de las inabordables diferencias en vivir la res politica. Así que ni se saludaban entre hermanos. Es un mal rollo. Un mal rollo que puede destrozarte el día, o la semana o la vida entera. Y si por un casual alguien se paraba a hablar con ella frente al portal, ya había morros, ¿tú no sabes que ése o ésa es de los otros?
EliminarSupongo que, con la evolución de los acontecimientos, las pragmáticas rendiciones, la cuerda se aflojaría entre toda aquella gente, no se habrá enquistado la negación de la palabra. Las banderas se usaban como mortíferos cebos. Y las torres de alta tensión. Ahora que les cuenten a los huérfanos que todo es un asunto del pasado, let bygones be bygones.
Mañana toca oculista vasco. Koro, la sobrina del lehendakari, era la jefa de mi departamento, me trató como una madre. Me dijo: "no está bien que los dejes así, a un mes de finalizar tu contrato, no está bien". Ya, pero antes se había marchado el alemán, harto de que lo saludaran brazo en alto. Cuando comuniqué mi abandono en la staff room, una chica que llevaba todo el año sentada frente a mi, y que me había sido invisible, empezó a llorar, con lo difícil que es que esa gente llore, o eso dicen los estereotipos, porque Tom tambien lloró cuando me vio con la maleta a la puerta.
Y Mari la madriñeña, que me había acompañado a ver El último tango en París, siempre tan inasequible al menor roce, recuerdo aquel pub donde bailaban unas stripteasers, y la clientela bebía sus pintas y miraba como la vaca mira el tren, y yo me pasé una hora desenhebrando su cabello sin que se produjera la menor señal de aceptación o de rechazo, como una estatua de hielo, cuando se lo dije me abrazó llorando, te busco un empleo, no te vayas. Linus. Un empleo de qué? De limpiador en un hospital, no sé de otro empleo, Linus, ya te lo buscaré mejor.
No, gracias, Mary. Me pasé estas tres noches leyendo La Guerra Civil Española de Hugh Thomas, a uña de caballo, sé que allá no lo podré leer, me he atiborrado de datos, me queda sólo el ambiente que flotaba en sus páginas. Mañana me voy, devuélvelo tú en la biblioteca.
A tus abuelos no los expulsaron de su cátedra, no fueron represalidos, tu tío Domingos no tuvo que huir a Lisboa, no se pasó allí 11 años vendiendo en la calle estilográficas Parker ni relojes suizos, sólo porque era "simpatizante de elementos del Frente Popular". Simpatizante? Pero si vivía en una pequeña aldea, qué iba a hacer, negarles el saludo a unos vecinos?
Simpatizante... Te pueden joder la vida sólo por ser simpatizante. En fn, dentro de un año, silla de ruedas, los fémures o lo que cuadre. Eso es lo que me importa, que las fabriquen robustas, fiables, que no se vengan abajo con mi peso. Todo lo demás es iddle talk.
https://www.youtube.com/watch?v=wljCZVL4JDc
No conozco la historia a la que haces referencia. Sí la de Nicholas Winton, conocido por el Schindler británico. Salvó a casi 700 niños judíos. Ya centenario, le prepararon un homenaje sorpresa. Le invitaron a un concierto. Al término del mismo, el director se volvió y se lo dedicó a Nicholas, y reveló que toda la platea estaba ocupada por esos mismos niños, ya sexagenarios, a los que salvó. Se levantaron todos al unísono y no aplaudieron a la orquesta; le aplaudieron a él. Realmente muy emocionante.
ResponderEliminarLinus también era de mis favoritos. Una manta es mejor que una ideología.
Feliz semana tengáis todos
Planeé el viaje con cuidado. Tenía mucho interés en conocer la ciudad, sus gentes y sobre todo viajar. Elegí el alojamiento, llamé con tiempo de sobra. Iba a ser un viaje breve, una incursión más que nada. Llevaba refuerzos, mis hijos venían conmigo.
ResponderEliminarCuando sonó el despertador y bajé a desayunar me asaltó la noticia. De mi alojamiento sólo quedaban los escombros humeantes, un cráter y un número elevado de heridos y sólo por voluntad de Dios no se contó ni un muerto.
Subí a casa temblando de frío y de miedo.
Era Ludwig Wittgenstein, Luis.
ResponderEliminarNo conozco bien la obra de Wittgenstein, Talkin. Le reservaré un buen trozo de curiosidad cuando termine lo que tengo entre manos.
ResponderEliminarSe suceden sin respiro revelaciones y escándalos que me hacen pensar que la sociedad está en manos de verdugos; verdugos que cercenan de raíz la confianza de todos. Si la democracia no se alimenta de confianza, muere.
Lo de Cossidó vanagloriándose de mantener bajo control a la Sala Segunda del Tribunal Supremo en un grupo de whatssapp ( hay que ser zoquete), es otro síntoma más de la enfermedad crónica de España: la corrupción sistémica. Y no reaccionamos. En realidad, nuestro verdugo serán el hastío, la repugnancia y el abatimiento ante tanta abominable inmoralidad. Y descarada, porque aquí no dimite ni Dios.
No reaccionamos, y el conformismo y la resignación nos está aniquilando socialmente. Es tremendo.
https://blogs.publico.es/dominiopublico/27138/la-culpa-es-de-rufian/
ResponderEliminarOs leo...sin tiempo, a saltos, con interrupciones, como puedo...
ResponderEliminar¡Un abrazo muy fuerte para todos!
Ananda
Para Talkin:(entrevista a Carl Gustav Jung)
https://www.youtube.com/watch?v=QxL5Jx4QKRQ
Muy bueno tu blog e leído 3 post con este y es muy interesante, una pena Stan Lee pero tuvimos la suerte de mirar como era una leyenda en vida, sencillez así era Stan.
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