EL SÍNDROME DEL TITANIC

Se cree que esta foto de la época representa al iceberg contra el que chocó el Titanic...¿Por qué?...Por la proximidad del lugar en el que se produjo el desastre y por una delatora raya roja que dejó la parte inferior del transatlántico en la mole del iceberg cuando rasgó su casco, y que se puede apreciar claramente. Impresiona.., verdad?

Cuando pienso en los problemas que acucian nuestro presente y ennegrecen nuestro futuro, sobre todo el de nuestros hijos, me acuerdo del Titanic. Con nuestros padres viajábamos en un modesto Titanic recién botado al agua. Nos parecía, con nuestros ojos de niños y con nuestros padres al mando, un medio insumergible, seguro, estable...Disfrutábamos del viaje de nuestras vidas sin sobresaltos ni sacudidas fatales más allá de la muerte prematura de un padre muy joven todavía, como fue mi caso...Ni siquiera eso nos hundió. Quedaba en el puente de mando una poderosa madre y los grumetes nos subimos al palo mayor para desplegar las velas. Todos teníamos la impresión de que llegaríamos a buen puerto.., no sabíamos a cuál, pero a buen puerto si no perdíamos el rumbo y manejábamos bien el timón de nuestras vidas.

Yo ya no estoy seguro de nada

Y me preocupa mucho el futuro de nuestros hijos. Ese hospitalario Titanic hace tiempo que ha chocado contra el más gélido y resquebrajante iceberg de la condición humana: la economía y la codicia que alienta una sociedad de consumo milimétricamente diseñada para sentirnos bien solo si gastamos y gastamos...., solo si compramos y compramos, ...solo si nos endeudamos y nos endeudamos...Todo es economía, todo...por encima del valor del trabajo, de la educación, de la cultura, de priorizar las relaciones humanas basadas en todos esos sentimientos que dignifican la convivencia. Siglos de filosofía, de búsqueda de la quimérica ( pero posible) felicidad, al servicio de un engañoso bienestar cuyo máximo objetivo es la rentabilidad, y cuando se ha obtenido, enseguida un sustituto con el que reiniciar el ciclo..., compra de otro coche, de la segunda vivienda, opulentas manifestaciones de vanidad que consiguen incluso que solicites un préstamo para poder celebrar una Primera Comunión, una boda, el último modelo del Ipad de turno, una tele más grande,  etc......¿quién no conoce un caso?

Siento que nos vamos a pique..., sí.., perdonad el pesimismo de esta opinión, pero cada vez que leo un periódico o me trago un telediario..., siento que nos vamos a pique, que hace tiempo que hemos chocado, que nos estamos hundiendo...y cada vez que veo a mi alrededor a todo el mundo dándole a los botoncitos y las pantallas táctiles de los móviles, creo que están todos lanzando un SOS. Hay flotando en el ambiente una sensación de "sálvese quien pueda" que nos convierte imperceptiblemente en seres cada vez más insolidarios, solitarios, confinados en falsos paraísos virtuales y pendientes nada más de salvar el día  a día. 

Hemos chocado contra lo más frío de nuestra especie, y el rescate no nos lo hace otro barco, otro Carpanthia,  sino algo que es justo otra vez contra lo que hemos chocado...Nos lo hace una inmisericorde economía grangrenosa que aprieta el cepo sobre nuestros cuellos más y más...

Es como chocar dos veces contra el mismo iceberg

No fue fulminante la extinción del Jurásico. Fue un proceso lento, pero hoy se sabe que es indudable que la causó un meteorito

El meteorito de la especie humana nos lo estamos fabricando nosotros mismos, y ni de coña duraremos tanto como los dinosaurios.

Voy a ofrecer un dato para la reflexión, ya que me he servido del mítico y desgraciado Titanic....Todos los niños que viajaban en Primera Clase se salvaron, todos....De los niños que viajaban en Segunda y Tercera Clase, perecieron las dos terceras partes.

¿Podemos hacer algo más, los más valientes, y con el fin de que no cunda el pánico,  que hacer sonar una orquesta mientras nos hundimos?