.- "¡No me lo puedo creer..! ¿Otra vez viendo El Bueno, el Feo y el
Malo?"
.- " ¡Marga, por Dios, que es Por un Puñado de Dólares!"
.- "¿Es que no tienes hartura?"
Formaron una trilogía, junto con La Muerte Tenía un Precio. La verdad es
que son muy parecidas, con los mismos actores casi, los mismos extras, los
mismos paisajes, los mismos caballos y la extraordinaria música de Ennio
Morricone, que conseguía que cerraras los ojos y te creyeras en medio del
poblado barrido por el viento ululante a punto de descerrajar un tiro entre ceja
y ceja al chulito del barrio.
¡Santo Dios, cuánto he disfrutado con esas películas! Es que salía del cine
con dieciséis o diecisiete años y me plantaba en medio de la Avenida del Cid Dde Valencia con
las piernas abiertas y la mano arrullando con pulso tenso y temblón-contenido
una imaginaria culata de colt 45, muy pendiente de todo aquel transeúnte que me
mirara reviráo ( ya sabéis, esa mirada torva y chulita tipo Gian María Volonté, el de la fotico de arriba )
Este actor de ojos claros y deshumanizados siempre ha sido mi malo favorito, ese
tipo de malo al que a uno le encantaría tumbar de un puñetazo.
Sólo hay dos malos cinematrográficos - para mí- que se le igualen: uno es
el indio joputa Magua de El Ultimo Mohicano y el otro es el sofisticado y
amanerado pero muy cabroncete malvado de Rob Roy, magistral malo que da vida un
grandísimo Tim Roth, actor multifacético donde los haya. Y mirad que era
enclenque su malo, encima llevaba mallas y peluca, que parecía una nenaza, pero
ese malo da miedito, mucho. De ahí su mérito.
Ahora me paro a pensar qué pensarían los transeúntes cuando veían a ese
joven ahí parado, piernas abiertas, con la mirada magnum-acerada, haciéndose el
sólo ante el peligro....."pero.., ¿qué le pasa a ese joven? ¿Le ha dado un aire,
un patatús?" Una vez una señora se acercó preocupada y me preguntó si me
encontraba bien y le contesté algo así : " señora, nunca me he encontrado tan
bien como en este momento, como no tardarán en comprobar la banda del Mejicano. Será mejor
que se refugie por su propia seguridad, señora" ...Algo así le dije, lo juro
por mi madre. Se alejó la pobre como alma que lleva el diablo.
Luego me llegó la fiebre de las películas de kárate. La primera que ví y
que me impactó fue El Luchador Manco y estuve como tres o cuatro semanas que iba
por la calle con el brazo izquierdo metido por dentro del chaquetón hasta que el
calor valenciano superbochornoso hizo acto de presencia y pasé de anoraks,
chaquetones y rebecas. Todavía debe tener el susto en el cuerpo el personal que
aguardaba conmigo en la parada de autobús. Iba de manco experto en artes
marciales mixtas, variadas e intercambiables, globalizadas por usar el lenguaje
actual, y había en la marquesina un póster gigante del vaquero del Marlboro que
me estaba mirando reviráo. Era una provocación insoportable, así que me dí media
vuelta instantánea como la puerta giratoria del Corte Inglés y descargué a ese
desgraciado el famoso golpe de canto teabrolasesera enunplisplás, mientras
proferí un alarido de guerra que me sonó al grito de la rubia de la
ducha de Psicosis. Me acojoné hasta yo mismo. Cuando llegó el autobús casi
vacío, nadie se quiso sentar a mi lado y todos me miraban reviráo.
Hoy me río de esos recuerdos, pero.....qué solo me encontraba.
Os dejo con un carrusel de miradas revirás quetekagas y la impactante música del gran Ennio Morricone.
Creo que las veo tantas veces no por volver a ver a Gian Maria Volonté y su maldad malota, ni por ver a un siempre seguro de sí mismo Clint Eastwood, ni por esos duelos a muerte, ni por esa música tan sugestiva. Creo que a quien quiero volver a ver es a ese niño...y qué va! ..no aparece. ¿ o Sí ?
ResponderEliminarLa escena que has elegido me encanta. La primera vez que la ví me gustó muchísimo, pero en aquella época yo no sabía que se iba a quedar conmigo para siempre, tanto la escena, como la música que la acompaña.
ResponderEliminarCon el paso del tiempo creo que me he dado cuenta que lo que más me gusta es esa sensación, esa certeza que parecen tener todos los que aparecen, de que la vida es un segundo...llevado aquí al extremo: esa décima de segundo que separa la vida de la muerte al ser el primero en desenfundar.
Aparece también el tema de la justicia...de la justicia como venganza y como precio y meta válidos para una vida entera. El hombre al que injustamente le han arrebatado todo...y no ceja en su empeño de devolver en la medida de lo posible el mal que le han hecho exterminando a los malvados incluso a costa de su propia vida.
Podrían parecer pelis de vaqueros sin más, pero qué va. Otra que me gusta muchísimo es "Hasta que llegó su hora" (Once upon a time in the west) con el famoso tema "The man with the harmonica"
http://www.youtube.com/watch?v=05xkBzqP-NA
Sí, si que aparece ese niño...si no hubiera aparecido no estarías viendo esas pelis.
Yo amigo, debo de estar muy parecido a tí. En menos de quince días ya he visto "El hombre que mató a Liberty Valance", "Al sur del Rio Grande", "Open Range", "Gunless", y unas cuantas más (también de vaqueros), y me han grabado mis padres "La Diligencia"...
¿Cambiamos cromos?
¡Un fuerte abrazo, amigo!
Ananda
http://www.youtube.com/watch?v=05xkBzqP-NA
Cambiamos cromos, por supuesto. Oye, Ananda, has mencionado Open Range...¡me encantó! Creo que la voy a volver a ver...me has despertado las ganas de disfrutar de esos dos vaqueros tan...¿creíbles? Porque los que son increíbles son los de los spaguettis W. ¡ála, ahí disparando diez veces seguidas y diez blancos mortales..., acompañado del pfffiuuuuu de la bala, tan mentiroso como el tac-tac a madera de los golpes de kárate...! Siento debilidad por todo lo que hace el consiglieri, el capitán de las walquirias voláo de Apocalipsis Now, el poli zorrón y comprensivo de John Q., todo un secundario de auténtico lujazo, Robert Duvall. Todas las demás que has nombrado...son imprescindibles..Hay que verlas. Qué bien tus padres..., te graban las películas que te gustan. Mi madre no me ha grabado ni siquiera Peter Pan o Cantando Bajo la lluvia o Blade Runner, que son mis más mejores favoritas. Creo que voy a pedir el Libro de Reclamaciones, jajaja..
ResponderEliminarUn abrazo, Ananda