YA SÉ POR QUÉ LO LLAMAN CRUCERO DE PLACER

Esta imagen era utilizada como fondo por los fotógrafos profesionales del barco a la entrada de los Restaurantes de lujo para inmortalizarnos vestidos de etiqueta. Y como me gustó porque se aprecia muy bien las formas del Navigator of the Seas, la capté con permiso a regañadientes del fotógrafo. Nos hemos echo una Marga y yo que ella parece Sissí Emperatriz y yo Rodrigo Rato después de haber dado un golpe de estado en el seno del PP.
(ya sabéis que si queréis ver alguna foto en grande tenéis que picar encima)

Fotico del Navigator desde una de las terrazas del Botánico de Funchal. Ahí dentro íbamos más de cinco mil personas. Increíble, verdad? Para que os hagáis una idea: tonelaje del Titanic.- 47.000 toneladas. Tonelaje del Navigator.- 138.000 toneladas ( sin contar con mi cuerpo serrano)

El foco de lectura del restaurante de lujo, con tres pisos y un pianista en vivo y directo tocando noche sí y noche también melodías de Tchaickosky o como se digosky. La primera noche creí que nuestro "waiter" era ruso y le dije a Marga que me dejara a mí pedirle el menú. Así que le comuniqué que queríamos un menunosky de frijoloskys con arrocesky negrosky y de postrecisky un flanosky. Y me contestó sorprendentemente que diera gracias a que era de Nicaragua, porque si no me iba a comer una mierdosky.

La exuberancia vegetal de Funchal es sobrecogedora

Este es el funicular de Funchal. Tarda veinte minutos, suficientes para apreciar la belleza de la Isla. Muy bonitas vistas, pero ¡cuidado!, ...que fue el funicular quien se cargó al último de los Ausgburgos de Austria, Carlos, porque él residía en lo alto de la isla, bajó a la capital y ,al regresar, por la diferencia de temperatura, enfermó de neumonía doble y la palmó. Allí está enterrado, en una Iglesia que se llama La Virgen del Monte. Lo beatificaron porque el antiguo emperador austro-húngaro era un buenazo, por lo visto, con los habitantes de Funchal. ¿Qué cómo llegó hasta allí Carlos de Ausgburgo? Eligió su destierro allí después de la Primera Guerra Mundial por recomendación de su prima Sissí, quien conocía ese paraje de cuando se curó la tuberculosis allí.No os digo yo que el emperador era un buenazo, si hasta me quiso rescatar de la secuestradora con la que he hecho el crucero

Foto a la entrada del casino del barco. Había alguna que otra pelargarta al acecho, pero debo tener cara de pobretón porque apenas merecía un pestañeo y mira que llevaba una camisa de marca y un reloj Festina.

Tuve la suerte de encontrarme con mi amigo Jorge, de Tres Cantos, tan aficionado a la música como siempre y tan enamorado de sus guitarras. Le encontré un poco desmejorado.

Puesta de sol desde la terraza del camarote. Una imagen que explica por sí sóla la pasión que puede despertar la vida marinera.

Ahí le tenéis: el padre Teide. La foto la saqué a más de dos mil metros de altura sobre el nivel del mar y todavía faltaban otros mil setencientos para llegar a su sulfurosa cumbre. Paso de ni siquiera esforzarme en describir lo que sentí. Uno de esos lugares de la Tierra que tiene voz y sonido.

Y desde el mismo sitio, pero dándome la vuelta, la manta de nubes de algodón bajo tus pies. Supermán a mi lado era un aficionadillo.

Este recodo de la subida al Teide es muy famoso. Lo conocen con el gráfico nombre de "La Tarta", por el multicolor cromatismo de sus capas . No es ni más ni menos que el producto de la sedimentación del polvo de lava que suavemente caía a tierra firme cuando se enfriaba. Dependiendo de las condiciones atmosféricas tardaba más o menos, y de ahí su diferente color.

El Dedo de Dios, a los pies del Teide y totalmente cercado. Ya no se puede acercar nadie a hacerse la fotito de marras en su base. Existen fotos antiguas en las que se ve que su primer tramo es más grueso que el que ahora luce. Y es que se ha desgastado de los pellizquitos que le ha ido dando el personal. Me queda la duda de qué dedo divino de los cinco es. ¿ El pulgar? ¿El índice? Es que como sea el corazón, chungo. Dios nos está vacilando.

Esta foto es una foto a mala ostia. Para hacer sufrir a los que de vosotros seáis incorregiblemente golosos, como yo. La repostería del barco era espectacular. Felicidades para el jefe pastelero.

Para que tengáis una idea de lo feraz y lujuriosa que es la vegetación tropical de Funchal, aquí podéis apreciar que las plantas crecen en los intersticios de las rocas. Vamos, que estás dos días sin cambiarte de calzoncillos y le sale competencia al nabo.

Los jardineros del Jardín Botánico de Funchal son , para mi gusto, demasiado aficionados al Tetris.

Y , como en todos los sitios, también aquí hay un jardinero friki. Estaba trabajando y le pedí un autógrafo. "Eduardo, Eduardo...podes-me assignar um autógrafo?" .- " eu não me chamo Eduardo". " Coñe, entonces no eres Eduardo Manostijeras?"

Estos loritos del Botánico me hicieron reir. Uno estaba muy claro que era el jefe. Otros dos muy claro también que se creían Fred Asteire y Ginger Rogers. Y el cuarto tenía un cabreo de la ostia.

Bueno, por último, no me resisto a enseñaros la vista que tenía en el camarote desde............la cama. Acostadito. Imaginaros la carita de Luisito cuando detenía la lectura del libro que tuviera entre sus manos y veía lo que veía. Aparte de otros fenómenos paranormales vividos en el camarote; porque (ya lo he dicho en otra ocasión) no existe afrodisíaco más potente que la contemplación de la Naturaleza en toda su inmensidad y esplendor. Fenómenos paranormales sin viagra. Hazañas Bélicas sin fin podría relatar aquí, pero el pudor me lo impide.

"Para mí, viajar consiste en buscar un poco de conversación en el fin del mundo."

Manuel Leguineche (nacido en 1941), periodista español.