UN NUEVO COMIENZO

Esta foto está tomada sobre el reflejo del agua estancada en los corrales de la playa de Chipiona, con la cámara del revés. Yo creo que Manet, Renoir y Pisarro darían el visto bueno a la fotito. ¡Hay tanta luz en la Costa de la Luz!

Para mí el comienzo del año, digamos que del año natural, lo tengo fijado a partir del momento en que se me han acabado las vacaciones. O sea, que la noche de las doce campanadas es una excusa para brindar con champán y cogerme medio pedete y bailar y bailar. Me gusta mucho bailar la noche de Nochevieja, hasta caer rendido. ¿Seré la reencarnación de un ancestral chamán ?.

He depositado siempre tantas expectativas en las vacaciones que las honro cerrando un ciclo, como el que se guarda lo mejor para el final. El reloj lo pongo en hora, el contador a cero, me compro zapatos nuevos (absolutamente cierto. Me he comprado unas Shape-Ups que me hacen flotar más de lo que ya lo hago por naturaleza), y echo una ojeada al calendario hasta detenerme en el momento en el que vuelva a coger las vacaciones. Por delante: un año. Un año acompañado de sus trescientos sesenta y cinco días y el reto de no desfallecer y de vivir todo lo que venga bueno con ilusión. Y lo que venga malo y con aires difíciles, pues aquí está este espadachín para retarle a duelo y vender cara la piel.
Pero lo que siento de verdad cuando inicio “un nuevo año”, mi año nuevo particular, es vivo agradecimiento a la oportunidad que se me brinda otra vez para seguir convirtiendo al Tiempo en mi mejor aliado y que no me haya hecho víctima de la cruel bromita pesada de despedirme antes de tiempo por culpa de variopintas putadas en forma de accidentes y enfermedades que existen sueltos en el limbo mórbido a la espera de una lotería macabra. Y también siento agradecimiento por el cariño de toda mi gente, ésa a la que le gusta estar a mi lado y aguantarme y que no me abandona ni siquiera cuando más ingrato, huraño, metepatas y antipático soy, ese especial cariño a prueba de bombas es y siempre será un buen compañero de viaje. Por lo tanto, en lo que os toca, a vosotros particularmente, que tenéis la amabilidad de leerme y comentar mis tonterías, muchas gracias como siempre por acompañarme. Por delante: un año más de vida, ese cocktail de solemnes sinfonías vitales acompañadas de bambos y risas. Pero ya está bien de cháchara….¡Que empiece la música, maestro!

Me gustas a pesar de todo, Tiempo,

Por la lenta rapidez con la que ya te siento

-raudo paso que lamento-

Por soplar con delicada suavidad mi figura

Como las velas de un barco que navega entre días

Entre puertos piratas, hacia islas perdidas

Pagando aduanas siempre

Por venir a mí cada día divagando

con aire desprendido

Desierto de intenciones

y con horas encendidas

Persiguiendo la alegría,

el viento,la luz, la sombra

El asombro y la agonía

Un Tiempo que nace siempre igual:

En la inocencia de los albores

Tiempo de lunas abiertas

Ángeles dulces

Músicas hermosas

Y paisajes

Puestos por Dios

Para bailar con el alma

Tiempo sin temores

Que sólo se deja ver

Por esos ojos, los mejores,

Que saben que el Tiempo

Mejor y más humano

Es el que se esconde

Entre las flores