lunes, 17 de septiembre de 2018

NIÑERÍAS



Es más fácil insultar a Dios que demostrar que está equivocado.

Ofender los sentimientos religiosos para presumir de libertad de expresión.

Ahora no, pisha. Ahora no tiene el menor mérito.. Delante de Savonarola. Delante de Calvino, Enfrente de Torquemada. Desafiando a los Papas guerreros. Ahora, como mucho, se te presupone el mismo indiscutible y desafiante valor si eres capaz de dirigir tus insultos al Islam en vez de al Catolicismo, Pero no, ...leña al mono desnudo en vez de al gorila de montaña.

Libertad de expresión....Pues yo me cago en la libertad de expresión cuando sirve para comportarse como niños malcriados. Sí, esos niños berrinchudos que, para llamar la atención, no solo molestan o incordian, sino que aprenden a decir picardías para reclamar atención exclusiva.

No se es más íntegro y campeón de la libertad por insultar a un Dios. Se es más tonto. Se es más niño impertinente.

Si no estás de acuerdo con lo que representa ese Dios y con quienes le profesan fe, ten el valor de hacerlo como lo hicieron ellos en la peor de las  épocas. Ten la gallardía de demostrar con argumentos que Dios y sus intérpretes están equivocados, como lo hicieron Miguel Servet, Giordano Bruno, Copérnico, Galileo o Darwin. Juégatela como hicieron Da Vinci o Miguel Angel en sus improvisadas morgues caseras.

No profeso ninguna religión. Tengo muy claro que son un conglomerado de supercherías imaginarias servidas por los brujos de la tribu desde el origen de los tiempos, con una coreografía teatral pasmosa,  al servicio del sentimiento de no sentirnos solos, minúsculos, insignificantes y transitorios. Para que no nos sintamos huérfanos de origen y destino.

Pero todavía creo menos en los beneficios de la falta de respeto. Quienes disfrutan con ellos a conciencia y de forma gratuita no me están demostrando que Dios es una quimera. Me están demostrando que la imbecilidad es infinita, una y multitrina, el pecado original por el que se arruina la convivencia.

Mi mentado encargado, el sr. Antonio, cuando se malograba una hornada de lo que fuera, se desahogaba con una variedad de blasfemias originales que me hacía imposible contener la risa. Me tenía que esconder porque se ponía hecho una fiera y no quería desautorizarle con mis risotadas. 

Su andanada sacrílega podía ser de este tipo: " ¡me cago en los cuatro evangelios montáos en el carro de San Pedro y San Pablo tirados por los caballos que parió la yegüa santa!"

Así, del tirón y sin respirar. Mis compañeros se amedrantaban, y con razón, ante tal explosión de ira de un sr. Antonio convertido en el Demonio de Tasmania. Pero yo no podía, me moría de la risa. Una vez, me sorprendió tras los armarios de género ocultando mis carcajadas, y muy serio me miró. Tras unos segundos de vacilación, él también se echó a reír.

Era muy creyente. No blasfemaba para ofender. Despotricaba para no echar a la calle a más de uno. No es lo mismo.

Me estoy riendo ahora al recordar esos momentos.

En cambio, no me hace ninguna gracia si el objetivo es ofender por ofender, y menos en nombre de la libertad.

3 comentarios:

  1. Hola, Luis. Hoy tengo que ser muy breve. Estoy con obras y parecen las de El Escorial, interminables y cada día que avanzan (un decir) resultan más caras.Yo que tantos traslados he hecho (cuando os conocí, 3 traslados en dos años) y que en tantas casas he morado, ya no me encuentro en el mood para obras, compras de mobiliario, etc.


    Entre los inquisidores, los que convirtieron su ciudad en una cueva llena de miedos, se te ha pasado citar a Carlo Borromeo, el milanés. Con la aquiescencia y enorme satisfacción de Felipe II, sustituyó la Inquisición española por la suya propia, mucho mas enérgica y lacerante. Su influencia en el campo de las costumbres y las artes fue duradera. Está en los altares, brilla en el santoral con luz inextinguible, como mi presupuesto para reformas.

    A Carlo llegué leyendo biografías de pintores de aquel tiempo que acusaron su huella; a veces, para mejor. Como decía Franco: "no hay mal que por bien no venga y cada nube tiene su reborde plateado". Bueno, lo último lo dijo en inglés, a bordo del Dragon Rapide.

    Dios creó al ser humano; y la más preclara invención de éste constituye el lenguaje.

    Girona 3, Celta 2.

    Mecajonodemo!!

    El Barça y el Celta muestran sendas cruces en el escudo. Alabado sea el Redentor, pródigo sea en títulos con quienes lucen su sagrado emblema, señal de los cristianos, amparo de los oprimidos, consuelo de comentaristas.

    El Madrid y el Español, escudos coronados. Uhhhhhhhhhhhh.

    :-)

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  2. Síiiiii...! ¡Cuántas veces habré dicho lo mismo! Basta maravillarnos por el pensamiento y el lenguaje para sospechar que hay algo más, y que ese algo más pertenece al más absoluto de los misterios. Solamente reniego del empeño por enlatar con códices de todo tipo esa sospecha de que somos juguetes milagrosos en manos de un algo muy grande que no se nos permite ni imaginarnos. Es como si , al dotarnos de lenguaje y pensamiento, hubiera querido gastarnos la broma de proporcionarnos herramientas para poder ir desentrañando poco a poco los mecanismos del universo y sus criaturas, .... menos asomarnos a él. Dios ha escrito una tesis y no la publica, y por lo tanto, no sabemos si es un plagio o una obra original.

    De quien más cerca siempre he estado, es de Spinoza, un gran pensador que nos aconsejaba encontrar a Dios al aire libre, entre todas sus criaturas, en la vorágine de la creación. Que huyéramos de los dioses encerrados en libros y adorados bajo techo.

    Es verdad, el Borromeo, menudo pinta. Qué poder han tenido y tienen los censores. En realidad, casi todas las religiones son distintas versiones de esa pulsión censora que tiene el ser humano: lo que yo predico, es la verdad incontestable. Los demás, están equivocados. Por eso, la política se echa a perder cuando quiere parecerse a la religión, esos partidos políticos con su manual de mandamientos y sacramentos excluyentes.

    Que te sean leves las obras, Talkin. Hace falta creer mucho en Dios para atreverse con unas obras, jajajaa...

    LUIS

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  3. En cierta ocasión, cursando COU, la profesora de Lengua y Literatura nos planteó la siguiente pregunta: " ¿Qué fue primero, el pensamiento o el lenguaje?"

    Todos contestaron que el pensamiento ¿Todos?..No. Aquí, el menda lerenda, iluso desde su nacimiento, argumentó que eran procesos inseparables, que no es posible formular un pensamiento sin la articulación del lenguaje, siquiera fuera corporal. Y que, al revés, el lenguaje no era posible sin haber pasado por la criba del pensamiento.

    .- "Explícate mejor", me dijo la profe

    .- " Espere que lo piense"...le contesté yo..."pero le advierto que no voy a poder pensar si la ayuda de las palabras"...

    Acababa de descubrir a Dios, y pasó desapercibido.

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