martes, 12 de abril de 2016

PASARSE DE CASTAÑO OSCURO






......es una frase de mi madre de toda la vida..."pasarse de castaño oscuro", muletilla lapidaria que significa que una conducta se exagera hasta más allá de sus límites...

No puedo abordar esta esclavitud moderna de forma jovial, porque me produce un rechazo tan visceral que, inevitablemente, acabo por revisar mi propia relación con el mundo de internet y redes sociales, tratando de visualizarme desde fuera. Ser objetivo con uno mismo es un desafío al límite, porque tendemos a la autocomplacencia y a la autoindulgencia. Tengo este blog, y mi muro en Facebook...y creo que dedico a ambos un tiempo constructivo y no constrictivo. No más de un par de horas al día, incluyendo el curioseo por mis páginas webs favoritas.....No, no supone una adicción en mi caso y lo tengo claro.....Pero esa hilera de estudiantes a primera hora del día camino del Instituto, a la salida, contemplarles en sus recreos, con esos patios vacíos, nadie jugando al fútbol ni persiguiéndose, esas salas de espera de estaciones, centros médicos, hospitales, paradas de autobús.....

....Creo que sí, que nos estamos pasando de castaño oscuro....Las viñetas con que acompaño este post lo terminan por mí de forma mucho más elocuente.




3 comentarios:

  1. He abierto otra vez la opción de comentarios. Gracias a los que me habéis animado, especialmente a un grupo de alumnos. Ruego el máximo respeto, por favor. No me apetece nada estar arbitrando todos los comentarios ni actuar de moderador. Me gusta escribir y me gusta leeros, sentir vuestra compañía. Y las críticas , aquí siempre han sido bien recibidas. Pero descalificaciones e insultos, no.

    Atiendo a una necesidad, escribir. Y persigo un solo premio que no tiene nada que ver con la vanogloria personal, porque mis logros son insignificantes y nadie me tiene que recordar lo que es patente, mi falta de talento especial. Ya lo hago yo.

    Mi premio son esos estudiantes de Instituto reclamándome que siga escribiendo cosas que despiertan sus interés. Mi premio son vuestros comentarios. Mi premio duerme su sueño en la mente del lector más insospechado que siente, de repente, sensación de compañía y comprensión.

    Gracias a todos

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  2. Alba, me he tumbado, a punto estuve de dormir siquiera un poco, tantos días sin pegar ojo y esta noche estaré torpe y mis pensamientos dando vueltas como un hamster, el burro y la noria, yo mismo.
    Y tú lo tendrás que sufrir, con esa paciencia de niñita buena.

    When I was a child...
    Cuando yo era un crío, al empezar el curso el profe nos pedía aquella redacción tan esperable: "Mis vacaciones". Me quedaba delante de la libreta de doble pauta, no sabía ni cómo empezar. Imposible describir el más nimio detalle de mi estancia en la aldea. Desde cualquier ángulo que la intentara retratar, la realidad era inaprensible para la punta de mi lápiz.

    Siempre ha sido así, no tiene remedio. Soy incapaz de narrar la simple desventura de dos pasos en la cocina, yendo hacia la nevera, para sacar la tónica que mi hijo me ha comprado. Habrá quién pueda hacerlo? Cabalmente, siendo fiel a cada movimiento, el tic tac del reloj, el olor a mantequilla, la luz entrando por la ventana, el perrito Zascandil siguiéndome, esperando una tajada, la baldosa rota, la efervescencia del líquido al derramarse sobre el vaso, la canción que suena en Radio 3. Quién, quién puede?


    Encendí la lámpara, recordé que Luis ha abierto su blog, me dije: "voy a hacerle compañía; anteayer no se me ocurrió nada; busqué escritos dejados en cuatro esquinas de la red, ninguno se adecuaba".

    Pensé en hacer una redacción, "Las vacaciones de Yolanda y Puri en la Ruta de los pueblos blancos". Pero el título era tan largo que ya me disuadía, y más si se piensa que aquel agosto fue especialmente caluroso allá en el Sur. Bajaron a Valdelagrana. No queda ni una foto, ni una postal me enviaron, el más leve testimonio. Ni siquiera llevaban cámara, ni móvil, principios de la década pasada. No móvil para los pueblos blancos.

    A su regreso al Norte, la depresión recurrente de Puri volvió a abalanzarse sobre ella. Yolanda le dijo en un descanso del trabajo: "mañana te acompaño al psiquiatra, a Vigo". Puri asintió con la cabeza, una cabeza que ya no era la suya.
    Al día siguiente aprovechó un descuido en la vigilancia de uno de sus hijos, el único instante que no la controló de cerca, y se colgó de la viga de un hórreo. Había preparado todo. La soga, la banqueta, la nota de suicidio. El sobre era de un hotel del Puerto de Santa María. Por lo menos, un nombre bonito y alegre o nostálgico, según se mire: El Puerto de Santa María.

    Bueno, esta noche tengo que estar un poco fresco. Me voy a tomar la tónica, ya no está tan fría. Le añadí unas gotas, sólo unas gotas de ginebra, aprovechando que mi hijo no me vigilaba.

    And I recall the day I kissed your cheek and you were mine.
    https://www.youtube.com/watch?v=yGxDx8ftX1I

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