Feliz por la casualidad de que Paqui pusiera hace pocos días en su muro de Facebook esta misma foto que acompaña al post, rebusqué en el archivo hasta dar con él. Hoy lo rescato para festejar la magia de las casualidades.
Los años pasan. Los recuerdos buenos, se quedan..Y las felices casualidades, se suceden para colorear las conexiones que nunca he tenido claro si dependen del azar, del destino, de un guión invisible o de una simple combinación ganadora como cuando te toca la lotería. A la predestinación la descarto, que los curas se han aprovechado mucho de esa pamema. Lo publiqué en el 2009 y Paqui subió la foto hace pocos días. Una foto que ha esperado solo seis años para formar parte de la misma órbita.
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Conversación escuchada ayer mientras esperaba la hornada de pan disfrutando del fresquito de la mañana:
- Hola, Lourditas. Va haciendo fresquito ya, eh?
- Ya ves, no tanto, Manuel. Pero es que ya no nos queda más que frío en los huesos.
- ¿Qué dices? No mujer, alguna candela quedará.
- ¿Y dónde vas tú tan temprano?
- A lo de siempre, un paseíto antes de llegarme al Hogar.
- Queda con Dios, Manuel.
- Y tú cuídate mucho, que estás más guapa que el día que te saqué a bailar.
- Ay, dios, qué cosas me dice este hombre.Calla, calla, no me lo recuerdes. Estás perdiendo la vista también.
- La vista sí, pero lo memoria no.
- Con dios, Manuel
- Con dios, Lourditas.
Se alejaron en direcciones opuestas, pero aún tuvieron tiempo de girarse al mismo tiempo y volver a saludarse con la mano. Ese gesto sincronizado es lo que me llamó más la atención. Cuando dos personas se giran para volverse a mirar, están repitiendo un plato rico. Normalmente, los abuelos no se vuelven a saludarse de nuevo después de la despedida, hasta eso les cuesta trabajo. Pero ellos, los dos, lo hicieron.., y yo les vi.
Me acuerdo de tu tono tan vibrante
todavía siento en mí tu pulso tembloroso
y el roce de tu piel
bailando
enardeciendo mi júbilo voluptuoso
¿Te acuerdas de lo que me costaba
mantener mis ojos en tus ojos?
Inasequible, etérea, misteriosa.
Glacial creía...
Pero era corteza,
apariencia sosegada de arpa y violín,
paso de ensayado y tímido baile
una noche en la que me proclamaste
elegido
Nuestro baile enamorado
aquel que danzamos detrás de los visillos.
mismo paso, mismo ritmo
corazón libre, gozoso, emancipado
Pasan los años y no pierde ese brillo
Pasan los años y no pierde ese brillo
Tantas veces me acuerdo de aquéllo
tantas veces renací contigo
tan bello recuerdo persistente
me dejastes
me dejastes
que me ayudó a llegar a viejo
sin perder el equilibrio.