jueves, 28 de febrero de 2013

UN MÁRTIR SIN DÍA EN EL SANTORAL


De toda la larga lista de hombres y mujeres que se rebelaron contra la tiranía, la injusticia y la brutalidad hasta límites inhumanos, engrosada por esa otra inédita lista de individualidades anónimas que hicieron lo mismo sin el premio siquiera de figurar -aunque sea con letra pequeña- en el gran friso de la Historia, el caso que más me conmueve y al que rindo mi mayor tributo de admiración es el del increíble WITOLD PILECKI

No he conocido a nadie tan valiente como él

A veces sí que es verdad esa afirmación nada científica de que la cara es el espejo del alma, o si lo preferís esa otra que nos regaló el incombustible ingenio de Oscar Wilde: " a partir de los cuarenta años, cada uno tiene la cara que se merece"

Pues fijaros bien en su cara, en los signos y el lenguaje de su rostro, porque yo no tengo vocabulario ni capacidad narrativa suficientes para describir lo que este hombre, perdón, HOMBRE, fue capaz de hacer por sus semejantes. Así que no tengo más remedio que recurrir a un método que funciona de forma infalibe con todos los seres humanos sin excepción.

Dejemos de lado las palabras y que hablen los hechos. Que sean ellos los que consigan hacernos solo una pequeña idea de quién fue WITOLD PILECKI



.- Fue cofundador del Ejército Secreto Polaco, que era el brazo armado del gobierno  en el exilio durante la ocupación nazi
.- Cuando tuvo conocimiento de la barbarie que se estaba realizando en los campos de  exterminio, decidió voluntariamente caer prisionero de los alemanes, quienes le enviaron a Auschwitz-Birkenau
.- Una vez dentro, se las apañó para hacer llegar a los aliados informes explicando el infierno que allí se vivía y la gran matanza
.- Al mismo tiempo, organizó en la medida de lo posible un pequeño grupo de resistencia para realizar tareas humanitarias, ya que la rebelión era imposible.
.- A pesar de sus reiteradas denuncias, de sus informes cada vez más dramáticos solicitando auxilio inmediato y preferencia militar para liberar cuanto antes a los prisioneros de los campos de concentración, el alto mando aliado se limpió el culo con su desesperada petición de ayuda. Simplemente, no creían al "exagerado" del polaco infiltrado.
.- Cuando comprobó que su trabajo y sacrificio caían en saco roto, y antes de que le llegara también a él el turno de visitar las cámaras de gas, consiguió escaparse en abril de 1943.
.- Se fue a Londres para convencer con su testimonio directo a los mandamases, pero los mandamases siguieron ignorando al exagerado polaco. "¿Cámaras de gas? ¿Hornos crematorios? ¿Quiénes, los alemanes...? Qué exagerado este polaco. Eso los mongoles de Genghis Kan y los hunos de Atila, pero los alemanes...."
.- Harto, se enroló en la resistencia polaca hasta el fin de la guerra. Tras la anexión de Polonia por la Unión Soviética, continuó resistiéndose contra los nuevos y brutales amos comunistas, que fusilaban a todo aquel ruso que hubiera sobrevivido a la experiencia de un campo de exterminio acusados de cobardía y continuó salvando a todo aquél que pudo.
.- Por último, fue hecho prisionero y  ejecutado por orden de un ministro títere polaco al servicio de Stalin que, ironías del destino, fue superviviente de Auschwitz y uno de los que , durante su cautiverio, y según relatan otros supervivientes, recibió la ayuda humanitaria del grupo de ayuda organizado por Witold Pilecki.
.- Hoy en día el gobierno polaco quiere resucitar su memoria y siente gran frustración porque no encuentra la fosa común en donde fue enterrado tras su ignominioso fusilamiento por "traidor"

 Wiltold Pilecki estuvo 945 días en el campo de concentración de Auschwitz siendo testigo de lo que apenas nos podemos imaginar a pesar de todo lo que ha llovido y todo lo que ya se sabe. Y no le hicieron caso. Liberar los campos de concentración no fue nunca una prioridad para los aliados.

" Resultaba imposible dar crédito a unos informes que denunciaban la existencia de algo peor que el infierno en la Tierra"  General Bradley

¿Por qué a los mártires no se les hace nunca caso ?

sábado, 23 de febrero de 2013

GARBO Y ARABEL

Esta es una historia de espionaje de altos vuelos. Protagonizado por un espía catalán. A tenor de los últimos acontecimientos con Método 3, parece ser que hay en Cataluña cierta predisposición hacia esa actividad, porque mira que quien empezó con la manía de espiar en democracia en su variante casposa que nada tenía que ver con fines militares o razones de Estado, fue Narcís Serra, ese ministro con cara de zampabollos o Patxi Andion pasado de kilos que tocaba el piano. La única diferencia es que del espionaje  del catalán Joan Pujol al del espionaje de Jordi Pujol Ferrasola y sus acólitos e imitadores tanto de un partido como de otro, esa troupe de amigos para siempre que hay en las ramblas ( Bruto, Charlotte Corday y Jack el Destripador, los grandes apuñaladores por la espalda, huirían despavoridos), comparar a   Joan Pujol con esta gentuza de ahora adicta a los espionajes  es como si comparásemos un meteorito con núcleo de metales preciosos con un coprolito.
 
El espionaje de ahora solo sirve para chantajear o masturbarse y rellenar la ciénaga excrementicia en la que se ha convertido nuestra enferma democracia. El de antes, servía para el pequeño detalle de derrotar al mal. Al mal sin paliativos. Y te jugabas la vida en el empeño,  en vez de recibir por tus servicios una fortuna por estudios acerca del cultivo de la avellana ( ¡Ay, Luis García Berlanga.., lo que te estás perdiendo, maestro!)
 
Joan Pujol..., Arabel y Garbo
 
 
 
Imaginaros un individuo que os roba la novia en el altar. Consigue que corras con los gastos del banquete nupcial y también que le declares heredero universal cuando redactes tu testamento.
 
Ese individuo astuto, de afilada inteligencia y escurridizo como una anguila se llamaba Joan Pujol. Fueron muchos miles de soldados los que consiguieron con su valor conquistar las playas de Normandía. Fue el genio estratégico y la infinita paciencia de Ike Einsehower el que planificó con éxito el gran desembarco, el mayor conocido en la Historia. Pero fue a un solo hombre a quien hay que atribuirle el mérito principal del éxito crucial del Día D. Y, para no perder la costumbre, no fue sino hasta muchos, muchos años después que se le reconoció tan importante mérito. En otro país tendría calles y plazas a su nombre cada cien metros. En el nuestro siempre ha sido un desconocido por dos razones principales: porque a la propaganda franquista no le interesaba y porque , joder, era catalán. A lo mejor, si hubiera nacido en algún lugar de la Mancha, pero no.....
 
Joan Pujol luchó en las filas republicanas contra los "nacionales", pero ya hemos dicho que Joan Pujol era inteligente, muy inteligente, y acabó haciendo las maletas resentido contra los animales de bellota que tanto abundaban en las filas comunistas y socialistas en aquella época y que consiguieron la nada despreciable hazaña de perder la guerra civil contra los sublevados cuando, desde el principio, todo lo tenían a su favor.
 
Huyó de España..."ahí os quedáis con vuestras riñas de gatos,  mentecatos", supongo que les espetaría,  y se instaló en Londres y pronto los servicios de Inteligencia británicos se fijaron en él, porque ya hemos dicho que Joan era catalán: sabía idiomas y era culto y tenía iniciativa. Desde entonces, desde Lisboa , elaboraba tales informes tan bien hechos y convincentes que se ganó la confianza del paranoico servicio secreto del Tercer Reich, convirtiéndose en un agente doble, pero siempre al servicio franco de los aliados. Aquí un inciso. ¡Qué manía tienen los historiadores en soltarnos los nombrecitos de los chiringuitos alemanes en su idioma. Supongo que es una tentación demasiado grande demostrar al mundo entero que el Servicio Secreto Alemán era el Abwehr, queda muy cool ! Y si te hablan, por ejemplo, de Himmler, les falta tiempo para llamarle   reichsführer, cuando en nuestro idioma tenemos el vocablo lugarteniente que es la mar de mono. En fin..., fin del inciso.  Tanto se ganó la confianza del Alto Mando alemán que les engañò haciéndoles creer que controlaba una ficticia red de espías repartida por todo el territorio británico, cuando apenas se movió de Lisboa.
 
Y llegó el Día D. Imposible para los alemanes desconocer que los aliados estaban preparando la Operación Overlord, el gran desembarco. Su Servicio Secreto contaba con infinidad de informes y evidencias de que tal desembarco podría acontecer en las playas de Normandía. Pero no hicieron caso y prefirieron concentrar el grueso de sus Divisiones en las proximidades del Paso de Calais, muchos kilómetros más al norte de Francia, , prestos para rechazar la oleada y sin duda lo hubieran conseguido. Fijaros, si no, cómo unos cuantos nidos de ametralladoras y media docena de búnkeres lo muy dífícil que se lo pusieron a los americanos en la playa de Omaha. Pues imaginaros el desastre que les hubieran causado las Divisiones Panzers alertadas y bien nutridas apostadas en el Paso de Calais, con búnkeres y minas como setas cada dos pasos, y, por si fuera poco, al mando del Mariscal Rommel ( menos mal que estaba de cumpleaños en Berlín) . El desembarco hubiera sido un fracaso sin remisión.
 
Pero nada de eso pasó gracias a que los alemanes creyeron a pies juntillas los informes de Joan Pujol, de Arabel, como lo llamaban en clave ( Arabel para los alemanes. Garbo para los británicos) Les engañó con una astucia increíble. Los alemanes nunca fueron conscientes de la farsa que Joan interpretó tan magistralmente, ni siquiera después del desembarco, ni siquiera después de finalizada la guerra. Les convenció de que iba a producirse en Calais en vez de Normandía, otro día distinto, y así fue como Rommel se fue a Berlín tan tranquilamente a cantar cumpleaños feliz a su señora Luci. Y quienes le cantaron apioverdetuyú pero bien cantáo fueron los cañones de los destructores aliados el seis de junio en Normandía, cogiéndole totalmente desprevenido gracias a Joan.
 
¿Qué clase de hombre inteligente y astuto era Joan Pujol que consiguió, tras el desembarco incluso,....ser condecorado con la distintiva  Cruz de Hierro alemana? ¿Qué finura destilaba, qué elegancia suprema, ..para conseguir también que , finalizada la guerra, consiguiera fondos económicos de los adinerados nazis huidos para proseguir con su vida en Venezuela? Sin duda, un ser sobresaliente gracias a su inteligencia.
 
Joan Pujol, el espía que , solito, inclinó la balanza de la guerra y evitó la que sin duda hubiera sido la segunda gran masacre de la guerra ( tras Stalingrado), si no hubiera Hitler picado el anzuelo.
 
A este español, a este catalán, a este hombre olvidado...muchas gracias y no me cabe la menor duda de que si hubieran habido muchos como él en nuestro país, España no se hubiera desangrado en una absurda guerra civil cuyas secuelas todavía padecemos.

martes, 19 de febrero de 2013

IRENA

En una película, los actores secundarios son eso..., los secundarios. Solo el fino observador es capaz de darse cuenta de cuándo un secundario es tan bueno que roba protagonismo al actor o actriz principales. Echar mano de vuestras películas favoritas y sabréis a qué me refiero. No hay ejemplo más claro que la coral El Padrino, donde todos los secundarios dan por saco a un inmenso Marlon Brando, que ya es decir.

Pues en la vida pasa lo mismo. La Historia se escribe con mayestáticos nombres para siempre inscritos con letras de oro ( o de plomo) en el pergamino de su piel. Pero me precio de ser, en lo tocante a mi afición a la Historia, un fino observador. Detecto cuando una vida casi anónima ha tenido en algún momento de su vida una importancia decisiva que , si fuéramos más ecuánimes con los méritos individuales, les pondría automáticamente al mismo nivel que los grandes nombres de la Historia.

Hoy quiero hablar de tres personas admirables y casi desconocidas o directamente ninguneadas para no empobrecer el papel protagonista de las grandes estrellas. Nada de luz de gas a las grandes estrellonas. El caso más ridículo y patético es el de las autoridades francesas que borraron de sus archivos históricos las imágenes de entrada al París recién liberado por.....los republicanos españoles que combatieron en Francia. ¡Hombre, por Dios, ¿cómo unos desarrapados españolitos le iban a quitar la gloria al egocéntrico De Gaulle? Pues que les den, que para vengarnos, casi desde entonces les ganamos  casi  todos los Tours de Francia...¡a joderse toca, franchutes!

Las voy a rescatar del olvido y os las voy a presentar ahora mismo: la entrañable Irena Sendler,  el astuto Joan Pujol y el inmenso  e infortunado Witold Pilecki. Los tres comparten un denominador común: se rebelaron contra la tiranía, derrocharon valor y coraje y nunca calcularon las consecuencias por defender una causa justa. Por si  fuera poco, también tuvieron la humildad de declarar que cualquiera en su lugar hubiera hecho lo mismo. Ahí se equivocaron. Para ser como ellos hay que escuchar a nuestra conciencia. Es algo simple, sencillo, sin complicaciones: escuchar a tu conciencia.

Pero muy pocos lo hacen comparado con las aletargadas legiones de los que prefieren la ley de la inercia.

Para no hacer muy alargado el post, dedicaré uno a cada uno.

Empiezo con la abuelilla maravillosa, Irene Sendler, la entrañable Irena



.- " Sigo teniendo remordimientos por haber hecho tan poco. Podía haber hecho más." ¿ Os resulta familiar esta frase? Esta frase forma parte del guión de La Lista de Schindler. La pronuncia Liam Neelson, el sr. Schindler, entre lágrimas y abrazos de los supervivientes.

Pero no es suya. Se la cogió prestada a Irena el genial Spielberg cuando la conoció durante una entrevista , recabando testimonios de supervivientes del horror nazi.

¿Qué hizo Irena para sentirse tan culpable, con tantos remordimientos, tantos que no la dejaban dormir tranquilamente ni una sola noche? ¿De qué forma actúan los mecanismos de la maldad humana para convertir un acto heroico en un recuerdo que golpea sin piedad la conciencia?

Irena sintió remordimientos durante el resto de su vida porque......solo pudo salvar a más de 2.500 niños antes de la evacuación y destrucción total del gueto de Varsovia. Escondidos en su ambulancia, en la que se desplazaba por todo el gueto socorriendo como enfermera a los enfermos. Siempre que acudía a un destartalado domicilio insalubre para atender a una familia judía allí confinada, se las apañaba para convencer a los padres si había niños pequeños, y sacarles de ese infierno convertido en el vestíbulo de otro infierno todavía peor. No siempre lo conseguía, porque muchos padres no querían separarse de sus hijos. Así que me imagino la escena: unos padres sobrecogidos escuchando a una enfermera con toda su capacidad de elocuencia puesta al servicio de convencerles para que dejasen bajo su responsabilidad a los niños, como única forma de evitar un destino cruel que Irena ya presagiaba fatalmente. Los sacaba de todas formas: escondidos en su ambulancia, en carritos camuflados entre cadáveres, en cestas de basura, dentro de falsas balas de algodón..., dos mil quinientos niños convencidos para que , como un juego, colaborasen para no ser descubiertos. Trabajó sin descanso intentando que las madres judías le confiaran la fuga de sus hijos hacia un lugar seguro, aún a costa de que la pillaran. Y la pillaron. La inhumana Gestapo la pilló. Y la torturó para que confesara dónde llevaba a los niños, dónde los tenía escondidos, quiénes la ayudaban, quiénes acogían a los niños judíos. Y así un día, y otro. Pero a Irena no le sacaron ni media palabra. Medio muerta ya, un ángel en forma de soldado alemán que custodiaba la prisión, se apiadó de ella y la ayudó a escapar porque apenas se podía tener en pie. ¡Gracias, soldado desconocido....!¿Te fusilaron? ¿Te mandaron al Frente Ruso? Nunca pudo Irena encontrarte después de la contienda.

Quedó tan maltrecha que arrastró durante el resto de su vida dolencias y minusvalías físicas, pero Irena no perdía nunca la sonrisa. Tan solo se le borraba por la noche a la hora de dormir, porque era la hora de quedarse mano a mano con su conciencia, una conciencia que trataba de embaucarla con el embuste de que podía haber hecho mucho más....No, nosotros hubiéramos podido hacer mucho más por Irena, porque no fue sino hasta los últimos años de su vida que obtuvo el reconocimiento merecidísimo a una mujer diminuta y anónima que durante los enloquecidos años de la Segunda Guerra Mundial no pudo estar despierta y sin conciencia.

Irena Sendler, gracias.

viernes, 15 de febrero de 2013

DEL VIEJO, EL BUEN CONSEJO



A ver si es posible que nos dejemos todos de  tanto cachondeíto a cuenta de la más que respetable decisión del Papa Ratzinger, que está muy viejecino y ya no puede representar a su rebaño como le gustaría.

Espero que todos sus feligreses, seguidores y simpatizantes acaten su último deseo, que comparto, porque ya toca. O Papa negro, lo cual nos aboca a un más que profetizado fin del mundo o, para evitarlo, lo que nos aconseja el Papa en su última aparición pública.

Yo no tengo ninguna duda. Voto por hacer caso a la última voluntad del hombre que se cansó de ser Papa.



domingo, 10 de febrero de 2013

LA SOMBRA DE MIS PASOS



Esta foto es gentileza de Megustas. Así la explica, con esa jovialidad que la caracteriza:
Lugar: en medio del mar!!!!! sin pais, ni banderas ni fronteras
 
Gracias, querida Anabel. Cómo me gusta que aportéis cositas


Playa de las Catedrales


Playa caribeña


Los Caños de Meca ( Cádiz)


Foto desde el espigón del Puerto de Santa María


Playa del Faro de Trafalgar



Acaso sea el mar
quien mejor guarda
la sombra de mis pasos
y mi hora sea el raso de luz
enrojecido del ocaso
 
Acaso me tumbo entonces
en la arena de la playa
para sentir de las olas
su rumor, como un beso
se desliza entre los labios
 
 
 Los Chorros de los Caños de Meca
 

jueves, 7 de febrero de 2013

TITANES



Me he encontrado con este texto, escrito hace cinco años. Ni siquiera me acuerdo por qué lo escribí. Seguramente tuvimos alguna bronquilla de esas que curamos siempre con un beso aplazado. A veces ocurre que leo cosas mías que las tengo por ahí arrinconadas, y me sorprendo, la verdad. Pues han pasado cinco años, pero sigo pensando lo mismo. ...Y seguimos casados....

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¿Por qué no admitimos  que la verdad no existe? Existe sólo el esfuerzo que tenemos que hacer los dos de tratar de entender las cosas todos los días… , de vencer el desafío de las pequeñeces diarias,  las insoportables molestias que llenan la esfera del reloj y te apartan de tus apetitos o simplemente del descanso.

Ya sé. Es un trabajo de Titanes. Pero es que el amor es un mito y los mitos se nutren de la fortaleza de los simples mortales que aceptan que  pueden equivocarse y que perseveran en el intento de que nuestra imagen real se parezca a la de  nuestros sueños.

Y como es una tarea de Titanes, no lo somos; no , y por eso nos podemos y nos debemos perdonar decepciones y fracasos.


Podemos errar en fines y objetivos.

En la elección de las relevancias individuales.

Pero imperdonable es que nos quedemos sin tiempo ni oportunidades para cambiar la jerarquía de todo aquello que nos unió ( Cuando me casé creí hacerlo con una mujer totalmente diferente a la
que me imaginé. Y no quiero pensar el sorpresón que se llevó ella, sobre todo el primer día que me vio meterme en la cama con una bolsa de agua caliente). Mucho cariño, pero también muchas diferencias. Supe casi de inmediato que teníamos que ponernos a trabajar como si nuestra unión fuera una empresa recién estrenada y sin saber qué producto fabricar para obtener beneficios.

Ser feliz es una cuestión de azar. No de pronóstico. No es algo que eliges tú. Siempre es la vida quien elige por tí.

Pídeme que comparta contigo amanecer cada día. Pero no me pidas que anochezca siempre con luna llena y sonetos de amor. No nos exijamos tanto, porque no tenemos suficiente inteligencia para no defraudarnos.

¿Que qué quiero entonces? Te quiero a ti como eres, a ti pero si tú me quieres como soy.

A ti y a tu gozo y felicidad si algún mérito tengo yo en ellos, pero no te niegues el triunfo del mérito independiente, que es lo que me gustó de tí y lo que un buen día hizo saltar la chispa que nos unió.

Deja que la vida sea la autora principal y no yo el único artífice de todo lo que te hace feliz.  No me gusta depender de nada ni de nadie. Y tampoco me gusta que el tiempo libre ni las veinticuatro horas de nadie dependa de mí.


 
Me halaga si me lo dices, no lo niego. Si te gusta, te lo digo yo a ti: me gusta pasar el tiempo contigo, la vida contigo. Pero para que las cosas vayan bien entre nosotros no debemos ser lo primero, ni lo último, y -ni mucho menos- lo único. Es más importante para que las cosas vayan bien saber disfrutar de canciones y ángeles como estos tan diferentes en su estilo y tan felices cantando juntos;  y que nos siga gustando deleitarnos juntos cuando llegan los momentazos al mismo tiempo que la empresa sigue funcionando.

Logremos existir para algo más que para ti y para mí y seamos egoístas en el hecho de no querernos con egoísmo.




domingo, 3 de febrero de 2013

STEFAN ZWEIG


No sabría decir con qué novela de Stefan Zweig me quedaría. Quizás no haya que quedarse con ninguna, que nadie nos pone en el aprieto de llevárnosla a una isla desierta. Toda su producción es inmensa. Le descubrí con " Momentos Estelares de la Humanidad" y sus ensayos históricos son cita obligada para cualquier interesado en conocer una Historia poco contaminada por el deseo de manipulación.

Fue tan magistral, tan hondo, tan intuitivo con las pasiones humanas, escribía con tanta destreza enemiga de la palabrería, amaba tanto la cultura, apostó tanto por ella como la balsa insumergible en la que poner a salvo cualquier desazón existencial que cuando comprobó cómo el sostén sagrado de la cultura, el conocimiento, el respeto y la justicia se vinieron abajo empujados por la patada feroz y brutal del nazismo, no pudo soportarlo y se suicidó en compañía de su hermosa mujer, quien padecía una enfermedad incurable, hartos de huir de país en país hasta detener sus pasos en la lejana Brasil, tan lejos de su amada Austria.

Cuando leo a un autor cuyo estilo y conocimientos me impresionan encajo que estoy frente a una mente lúcida, un maestro que me enseña las mejores lecciones de sabiduría y que es capaz de abrir de par en par el portón de mis sentimientos y me pregunto asombrado cómo es posible que un ser humano esté equipado con tal bagaje de conocimientos y sensibilidad. Cómo es posible que cale tan hondo en los vericuetos humanos de personajes históricos que parecen de cartón-piedra cuando los estudias en la escuela, pero luego lees a Stefan y los convierte en seres tan de carne y hueso que parece que respiran a tu lado mientras los conoces a través de  semblanzas magistrales de un escritor portentoso que usa el lenguaje como el dr. Frankestein sus aparatos eléctricos: para devolver  la vida a los muertos.

Se quitaron la vida él y su mujer en 1942, en pleno auge del nazismo y cuando parecía que nada podía detenerlo. ¡Qué paradoja! A finales de abril de tres años después, otra pareja decidió suicidarse en un sórdido búnker berlinés. El que causó la desesperación de un gran hombre y su fan número uno tuvieron su mismo final. Si hubiera tenido la misma paciencia que Einstein o Thomas Mann hubiera podido contemplar el ocaso y la derrota final del odiado nazismo, podría haber recuperado su amada biblioteca de Salzburgo, un golpe del que nunca pudo recuperarse. Seguramente, el golpe definitivo llegó a través de un diagnóstico médico. No pudo soportar quedarse solo sin la compañía de su amada esposa.

Lo que más atrapa de su prosa insuperable no es su dominio técnico, sino esa capacidad increíble que tenía para transmitir sentimientos, sobre todo a través de sus inolvidables personajes femeninos, a los que desmenuzaba con la meticulosidad de un gran conocedor de mujeres, ese enigma. Tuvo infinidad de amantes antes de asentarse con su esposa, fue apuesto para los gustos de la época y era un conversador muy entretenido según manifestaron todos los que le conocieron. Si amó con la misma exquisitez y  elegante pasión como escribía no me extraña que le fuera permitido asomarse al fascinante misterio de la mujer. Nunca pretendió desvelar la confusión de sus sentimientos, sino presentarlos de manera que nos hiciera más fácil comprender las debilidades humanas.

Cada vez que termino un libro de Stefan Zweig estoy más cerca del alma.

¿Queréis alguno no perder el tiempo? ¿Algo mejor que ningún tratado de psicología sobre la condición humana? ¿Queréis alguno licenciaros en mujeres tiernas, interesantes, conflictivas, apasionadas, llenas de anhelos inconfesables por culpa de sociedades puritanas?

CARTA A UNA DESCONOCIDA
LA EMBRIAGUEZ DE LA METAMORFOSIS
NOVELA DE AJEDREZ
LA PIEDAD PELIGROSA
ARDIENTE SECRETO

Anoche comencé La impaciencia del corazón. Feliz. Estoy feliz, en compañía de un amigo que nunca me defrauda.

Esta foto que pongo a continuación no pretende dar pábulo al morbo. No tiene intenciones macabras de ningún tipo. Es la foto de un hombre genial y su esposa desahuciada que llegaron al límite de su resistencia y que murieron abrazados.

 Stefan Zweig, demasiado humano para un mundo de inhumanidad

 
"El destino me ha condenado con una mirada insobornable,  pero un corazón frágil. "