jueves, 3 de enero de 2013

ENTRE LA REALIDAD Y LA FANTASÍA



Sales sin rumbo fijo de casa, a través de una de esas tardes con sabor a tiempo muerto, a relajación, a hacer lo que te dé la gana, en principio para dar gustito al placer de caminar sin brújula , de respirar con los ojos y regalar tu sentido de la curiosidad con la esperanza de alguna sorpresa. No es dar un paseo simplemente. Es ir al encuentro de algo que, inconscientemente, te está llamando para conectar contigo. Presentimiento, lo llaman.

En mi deambular callejero a solas y con los deberes de los Reyes ya hecho,  llego hasta una sala multicines que siguen sin hacerme olvidar a esos cines unicines enormes con olor a ambientador  y con nombres muy mitológicos y sugerentes : Aliatar, Astoria, Boston, Capitol, Artis, Tirys, Eslava, Triunfo Lys, Roma, Metropol, el que fue mi favorito, el pequeño pero maravilloso cine Flumen….todos de Valencia. Todos cerrados y durmiendo en la memoria sentimental de cincuentones cinéfilos que no pueden ya ni pasear cerca de ellos a no ser que quieran sufrir el riesgo de un infarto de melancolitis.

Observo con interés la cartelera, sus novedades. En tres salas proyectan El Hobbit que ya vi hace dos semanas y que tanto me aburrió. Sigo con mi paseo visual y………un tigre me mira desde su carátula de papel diciéndome, ordenándome casi de forma hipnótica, que pase y le vea, que le puedo ver en la película La vida de Pi.
La vida de Pi. La sorpresa que aguardaba a conectar conmigo es esa película de la que no había oído hablar nada ni he leído nada acerca de ella. La única referencia que tengo es la mirada de un tigre a través del cartel que lo anuncia, una mirada cautivadora y que consigue el milagro de verme reflejado en ella.

No os la voy a contar. Ni tampoco voy a hacer una crítica sobre ella, aunque ganas no me faltan de ensalzarla como me ocurrió con Slumdog Millonaire , Lo imposible, Argo o Intocable.., películas que no te cuentan una historia sobre los demás, sino una historia sobre ti mismo si estuvieras en su misma situación. Esas son las mejores, las que te arrancan de la butaca y te meten tras la pantalla.

La vida de Pi te arranca el alma entera, pero voy a ser bueno y cumplir mi palabra de no contar nada. Un tigre y un niño compartiendo chalupa de salvamento tras un naufragio es lo único que os contaré.



Sólo quiero recordar que yo también sentí la necesidad, una noche de acojonante tormenta en la playa de Tavernes de Valldigna, con un apocalipsis de rayos y truenos de aquí te espero y lloviendo a mares sobre el mar ¿o era el bullicio aéreo de la espuma rota por otro invitado a la fiesta, un ventarrón de tirar patrás?), …..sentí la necesidad irracional de meterme en el agua, sobrecogido pero decididamente arrebatado por la fascinación de un deslumbrante espectáculo  sonoro y visual . Los rayos caían delante de mis narices al frente, a derecha, a izquierda, en tierra, mientras continuaba andando por el agua hasta que me llegó al pecho, encrespadas olas me daban un bofetón que otro en plena cara. Entre el fragor del agua y el atronador ruido de esos rayos que desgajaban el tapiz negro del cielo parecía la sinfonía del fin del mundo, la bóveda celeste se iluminaba como una linterna intermitente con rayos rojos, blancos y azules. Era algo alucinante, asombroso.

Y yo ahí, en medio del agua, contemplando atónito, en medio de una alucinación difícil de explicar a cuenta de una imprudencia que los cuerdos evitan y los locos, o al menos, el loco que fui en esos momentos, saborean porque se lo ordenan sus sentidos.

He visto a Dios pocas veces, muy pocas. La última, cuando me estalló la rueda de la vespa y me quedé cruzado en medio de la autovía con coches pasando a derecha e izquierda esquivándome, en medio de la calzada a 120 por hora hasta que se detuvo por completo la circulación.

Y aquella fue la primera vez que le vi entre la vida y la muerte, porque cuando el sentido común, harto de pasar pánico, me hizo reaccionar y salir del agua, …en medio de la noche y los fogonazos no había forma de encontrar dónde me había dejado la ropa, con su cinturón de hebilla metálica, mi reloj metálico, mi cartera con monedas metálicas, las llaves de casa , oh metálicas también.. y el resto de la ropa..y ya estaba empezando a asustarme de verdad, porque en mi mente se abrió paso la fulminante conciencia de que estaba haciendo una locura.

“¿Dónde demonios está el hatillo?”…venga, un rayo más que me ilumine la playa y pueda encontrarlo….

Ya lo creo que un rayo más. Bien cerca cayó de mí…., es más, fue un rayo guía, porque me indicó exactamente donde se encontraban mis cosas, que salieron volando por los aires, convirtiendo mi ropa en una tea incendiaria volante.

Si la hubiera encontrado unos instantes antes, me habría pillado el rayo que no cesa vistiéndome apresuradamente y la tea incendiaria habría sido yo mismo. Volví a casa con un agotamiento extraño y temblando de frío, había sucumbido al miedo…, pero sobre todo al miedo de creerme trastornado por la locura que acababa de cometer. " Estoy loco, ..loco"

La vida de Pi te hace reflexionar sobre este tipo de sucesos que trastoca toda tu conciencia de la realidad. Estoy seguro de que cada uno de vosotros habrá pasado por algo así, una experiencia menos o más traumática que la experiencia del niño indio Pi, menos o más peligrosa que la experiencia del imberbe e inconsciente Luisito, pero todos sentimos la necesidad de darnos o que nos ofrezcan una explicación sobre todo lo extraordinario.

La Vida de Pi te enseña que si quieres comprender la realidad, tienes que hacer dos cosas: correr de vez en cuando algún riesgo y tener la capacidad de explicarla con fantasía , aunque un rayo sean átomos y electricidad y un trueno decibelios y posiblemente no sean nada más que eso.


Dios es una hermosa fantasía que pierde toda su belleza y poder cuando lo queremos convertir en realidad racional e irrefutable como hacen la mayoría de las religiones

Me gusta pensar que fue Dios quien se transformó en agua brava, en cielo enfurecido, en antorcha de la noche, en peligro fascinante y, al mismo tiempo, ..... en mi salvador.

.- " Pequeño inconsciente...Te voy a dejar vivir después de sentir todo mi poder sólo para que aprendas a saber que tu brazo es muy corto para boxear conmigo, y que se puede llegar a mí solamente a través de la imaginación que algunos llaman Fe"

Si Dios ese día y algunos más que vinieron después, creyó en mí...¿por qué no habría de corresponderle creyendo en él a mi manera?
---------------------------------------------------------

¿Os acordáis de la niña Malala? Le dedicamos una entrada no hace mucho. Ayer le dieron el alta. Qué buen regalo de Reyes. Me alegro mucho y muchas gracias a los médicos ingleses que le han salvado la vida. Y gracias a Tí también, a quien he dedicado este post. No te va a llegar, pequeña Malala, pero te envío un beso lleno de alegría.


7 comentarios:

  1. me encanta Luis, qué reflexión...Si, yo también creo en dios, como en el dios que tu crees. Creo que muchas veces me ha venido a ver: haciendo locuras, jugándome la vida...y aquí estoy... eternamente agradecida.
    Besos, (conectamos, eh?)

    ResponderEliminar
  2. Preciosa reflexión, Luis, como todas las que nos regalas :-D.

    Sin embargo, en esa metamorfosis que de vez en cuando me afecta, me convierto en garbanzo en el zapato del pié derecho y me da por pensar que si existe una deidad que es capaz de velar por nosotros en ciertas circunstancias (y sí, yo también he pasado por alguna de esas experiencias), ¿cuál es el motivo por el que no lo hace en otras; por poner solo un par de ejemplos sonados, en el famoso tiroteo de la guardería de los EEUU de hace unas semanas, o en el caso de los niños de Córdoba? Y he hablado de niños, ante lo cual no creo que nadie pueda argüir castigos divinos ni nada por el estilo, por no hablar de enfermedades, accidentes y demás, que todos conocemos casos.

    No pretendo comprender un supuesto plan divino, que en su grandeza no tendría cabida en mi insignificancia, pero ante sucesos así no puedo aceptar el portazo en las narices del 'voluntad divina' tan manido como inútil; no puedo aceptar que un supuesto padre de la vida elija de forma voluntaria beneficiar a unos hijos en detrimento de otros. Si yo, humilde ser humano, como padre, no podría hacer algo así, ¿qué no cabría esperar de un ser, ente, energía, X o como se le quiera llamar, infinito contenedor y fuente del más puro amor que pueda existir?

    Cualquier percepción humana de esta fuente no puede sino estar condicionada y reducida a nuestra diminuta nimiedad y restricciones; incluso la fe, como representación unidimensional de algo que se escapa por completo a nuestro entendimiento. Es como estar encerrado en una caja oscura de cartón y al ver la luz que entra por un diminuto agujero pretender abarcar y sentir la majestuosa inmensidad y diversidad del universo entero.

    Yo renuncio a encasillar las motivaciones divinas en religiones, credos, o incluso fes; a mi entender, sacos de arpillera donde pretender meter la luz del sol; y si buscara motivaciones divinas en aquellos buenos actos incomprensibles para mi, a.k.a. milagros, también estaría sujeto al arbitrio de asignarle como castigos divinos aquellos otros actos que arrasan el corazón de inocentes, ¿o acaso sólo muevo ficha en el tablero cuando me interesa?

    Mi visión es más simple y sencilla, y me limito a aprender en este jardín de infancia de almas que llamamos vida. Sin formulismos, sin dogmas, tratando de ver con los ojos y la sencillez de lo que, sencillamente, somos: niños.

    Hay tantas cosas que aprender... Y las más importantes están dentro de nosotros mismos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Precioso post...¡Maestro!

    Namasté...

    Ananda

    ResponderEliminar
  4. Gracias Luis..
    Megustas

    ResponderEliminar
  5. Pues sí , Pat, mucho. Tenemos ambos blogs que no disimulan y sí, conectamos. Un beso

    Namasté, querido Ananda

    Gracias a tí, Anabel. Siempre

    Angel, ...ya he perdido la cuenta de las veces que tus comentarios me dejan sin palabras. El mayor lujo de este blog sois, sin duda, vosotros.

    Veremos a ver quién ha sido bueno y quién no pasado mañana a la hora de la verdad. Seguro que más de uno teme por sus regalitos.....Hoy mi compañera Elvira me ha contado un chiste buenísimo. En la carta a los Reyes Magos le escribe: queridos Reyes Magos, como este año se me ha muerto mi actor favorito, Tony Leblanc, mi payaso favorito, Miliki, y mi cantante favorita, Chabela Vargas, te pido que me dejes un actor, un payaso y una cantante nuevos. ..¡Ah, por cierto, ..mi político favorito es Rajoy..! jajaja....qué jodía

    ¡FELICES REYES Y que lo que más nos deje a todos sea fuerza, salud e ilusión!

    ResponderEliminar
  6. you talkin´ to me?sábado, 05 enero, 2013

    Bueno, por de pronto los Reyes me han dejado este grandioso post tuyo, sin que se lo hubiese pedido. Ni merecerlo.
    Lo de la rueda de tu Vespa, tan gráfico, que me he quedado quietecito aquí, por si me atropellan.
    Ambos, tú y yo, creemos en Dios. Y en las mujeres, que casi viene a ser lo mismo, pero a escala humana. Una escala que no sabemos si subimos o bajamos :-)
    Saludos especiales a Megustas, que ha asomado por aquí, a Carpiña y a NoImporta.
    UnAngel no cree en Dios. Suena extraño. Pero escribe como Él (y no me refiero a Sus renglones).
    Trece mil abrazos, Luis, para ti y tus lectores.




    ResponderEliminar
  7. Aquello en lo que creo y siento no cabe en la reducida palabra 'Dios', en las diferentes doctrinas que la pretenden, ni en la limitada y oscura percepción humana y, por ende, en la mía propia. Por ello renuncié hace tiempo a cualquier comprensión, interpretación, definición ni defensa; me basta con abrir el corazón a todo aquello que suma. Venga de donde venga.

    ¿Habéis sido buenos? ¿Os han dejado sus majestades con una sonrisa en el corazón?
    Yo no debo haber sido bueno, debo haber sido unangel ;-D

    El mio para todos: hacer brotar una sonrisa sincera en cada uno.

    Un abrazo individual y otro colectivo :-D

    ResponderEliminar