lunes, 5 de marzo de 2012

CON PERMISO, BUENAS TARDES

En grupo, en pareja o preferentemente solo ( lo siento, pero es así. Anotado está en mi capítulo de rarezas) me gusta perderme una noche de Carnaval por las calles de Cádiz, atento a todo lo que sucede a mi alrededor, disfrutando del enorme ambiente festivo que se enseñorea de unas calles atestadas de gentes de todas las edades con ganas de cantar, oír las canciones nacidas del inagotable ingenio gaditano y pasárselo bien.

Aquel año comencé el periplo callejero en la Plaza de San Agustín, donde instalan un escenario desde el que las agrupaciones pueden lucirse con sus repertorios, además de ganarse un dinerito con estimulantes concursos al mejor piropo a Cádiz, al mejor cuplé, al mejor potpurrí... ¡Qué bien cantan casi todas las agrupaciones!. Canciones con letras que llegan al corazón, con las que te tronchas de risa, voces hermosas. Proseguí por la Palma, Candelaria, y llegué a la Plaza de San Francisco en el momento de iniciar su actuación la comparsa de los Piratas, de Antonio Martínez Ares. Ares, junto con Antonio Martín, son los dos dioses de la copla y los cuplés, dos poetas cercanos dotados con una extraordinaria sensibilidad musical. Son adorados como el dios Momo y sus seguidores somos tan fanáticos con ellos como los flamenquitos lo son con su Camarón de la Isla. ¡Qué suerte! ¡Iba a poder ver la agrupación de Ares y el Subiela cantar en directo casi para mí, aunque había una muchedumbre expectante apiñada en torno al tablado! Y cantaron esta canción. No la había escuchado antes porque me tocó trabajar la noche de la Final del Falla. Así que abrí los oídos, predispuesto a disfrutar de un coro de ángeles. Cantaron y su primer fragmento fue …” con permiso, buenas tardes..” Cuando terminaron de cantar todos aplaudían y les jaleaban, muy enardecidos y emocionados. Ellos mismos también mostraron emoción y se abrazaron especialmente al pirata que iba con la muleta. Algo le tocaba la fibra a este componente y sus compañeros le abrazaron. Yo no aplaudí. No podía, no podía porque apenas podía reprimir un llanto ahogado en mi garganta y los ojos se me desbordaban. Me quedé paralizado. Ahí se acabaron ese año las ganas de juerga y carnaval. Me volví a casa, se acabaron las ganas de lo que más me gusta: cotillear, aunque mi amigo Dani lo llame “ciencia del profundismo“ solo es puro y sano cotilleo visual y auditivo. Solo tenía ganas de volver a casa cuanto antes y acostarme abrazado a mi mujer.

El sábado pasado, tantos años después, la vi caminando por la calle y me alegré muchísimo porque eso era señal de que estaba libre. Más delgada, más encanecida, pero con un semblante más sereno, tan distinto del rostro alucinado y con mirada perdida que asomó esa tarde por la puerta de la Oficina de Denuncias. Hasta ese momento la jornada había transcurrido sin incidentes ni denuncias. Hasta ese momento.

.- “Perdón..¿se acuerda usted de mí?”

.- No, lo siento. ¿Eres algún amigo de mi hijo?”

.- No.., no..Han pasado muchos años, es normal que no me recuerde. Soy el policía que le atendió primero cuando se entregó y quería decirle que me alegro mucho de verla aquí, mucho.

.- No te reconozco, hijo mío, aunque yo no estaba para fijarme en nada ni en nadie, pero sí me acuerdo de que , cuando vino la Policía Nacional para llevarme, el policía que escribía les pidió por favor que no me pusieran las esposas. Eso sí que no se me olvida.

Me siguió contando que llevaba ya casi cinco años libre, después de cumplir algo más de ocho en Alcalá-Meco, un centro penitenciario que hay en Madrid especialmente para mujeres. Que su hijo mayor estaba trabajando allí de profesor de informática gracias a que terminó conociendo al personal funcionario de allí y le informaron de unas pruebas selectivas, que no estuvo mal durante su internamiento porque colaboraba con otras presas en labores de mantenimiento y que se había sacado la E.S.O. Que vivió en Madrid algunos años tras salir y que regresó al pueblo con su otra hija y sus nietos porque ya estaba mayor y “Madríd no es para mí” y echaba de menos su Bahía,  su tierra.

Seguimos hablando un poco más. Su conversación era afable, pero no quería molestarle más de la cuenta. Me hubiera gustado contarle lo que, acordándome de ella y de esa aciaga tarde, me pasó esa noche de Carnaval en Cádiz, y que nunca más pude escuchar esa canción de Martínez Ares en las voces de los Piratas, que fue el primer premio de comparsas. Nos despedimos: le pedí permiso para darle dos besos, y me los doy ella a mí

Ayer la vi, libre y sin miedo. Y me liberó a mí también, porque aunque solo me limité - muy sobrecogido- a escuchar y transcribir en un folio oficial lo que acababa de hacer y cómo, me di perfectísimamente cuenta de que ella lo había matado, pero nosotros le habíamos puesto dos cuchillos, uno sobre su garganta y otro en la mano para defenderse, y que la habíamos condenado desde el principio, porque aquí todo el mundo sabía que de quien se libró era un auténtico hijo de puta.

Pero ayer la ví. Libre y sin miedo y creo que ya puedo volver a escuchar esa canción que una noche de Carnaval en Cádiz me acuchilló sin piedad la conciencia.



9 comentarios:

  1. No puedo escuchar la canción, pero tus palabras me ponen los pelos de punta Luis.

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  2. Los pelos como escarpias, iLuisuco y muy conmovido después de leerte y escuchar a estos piratas de tu Cádiz. Hace poco en otro blog, tocaron este tema y me sentí de igual forma: con las tripas boca abajo. Nunca he sido capaz de comprender,qué es lo que se le puede pasar por la cabeza a un hombre, en esos precisos instantes en los que dejan de serlo, para transformarse en basura humana andante. En bestias. Sin más.
    Tengo mi carácter, como todo hijo de vecino. Y también me enfado y juro en hebreo muchas veces - además que sobra decir que soy vehemente y que no me callo ni debajo del agua. Pero jamás he entendido ni podré entender este tipo de violencia en particular -en cualquiera de sus aspectos- y otras muchas en general.
    Levantarle a una mujer la mano, no tiene nombre. Aruinarle impunemente la existencia, debiera tener castigos contundentes, amén del rechazo unánime de todos nosotros.

    Tengo madre, hermana, una hija y otra de camino y sólo espero y deseo, que las únicas manos masculinas que se acerquen a ellas a lo largo de su vida, sean únicamente,portadoras de caricias.

    Ya sabes que no soy muy cinéfilo, pero hay una película españolísima que ya tiene unos añitos: “Solas” de Benito Zambrano. Impresionante reflejo de lo que todavía por desgracia ocurre en muchos lugares. Te la recomiendo a ti y al resto, si no la habéis visto aún.

    iLuisuco, un abrazo inmenso y feliz liberación, niño.


    Jesús.

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  3. ¿Sabes Luis? El SISTEMA no entiende de personas... Nos trata como a cosas...y ahí está el problema. La Justicia se supone que es igual para todos...pero no hay dos personas iguales...¿Cómo va a ser entonces equitativa? ¡Uff!

    Tu relato pone los pelos de punta y emociona profundamente...Me quiero quedar ahí. Sólo en ese breve comentario, no quiero ahondar mas, tal vez porque me conozco...y tal vez porque tu relato ya lo dice todo...

    ¡Un fuerte abrazo amigo!

    Ananda

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  4. Hola Luis,no es nada raro que, a veces,te guste estar solo en los carnavales o en cualquier otro sitio,la soledad,en dosis justas y buscadas, es necesaria...

    La historia que cuentas pone los pelos de punta.
    Creo que el problema está en que aun hay gente que se cree "dueña" de otra persona, y mientras esta mentalidad siga, seguiran ocurriendo estas cosas...
    Besitos libres, chiquillo!!!

    Achuchones para el restoooooooooooo.

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  5. Luis, que historia tan triste.

    Pensar que lo que seguramente empezó con dos personas amándose, acabe en una tragedia tan horrible.
    Lo que habrá tenido que pasar una buena mujer para llegar a ese final.Siempre que oigo alguna noticia así me pregunto lo mismo,¿Nadie hubiera podido ayudarla?¿Nadie veía lo que estaban pasando esa mujer y sus hijos?

    Abrazos,buena gente!

    xulita

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  6. Es una historia triste sin paliativos, sí. Pero algo me ha impulsado a escribir esta...¿crónica?, que no hubiese sido capaz de hacer de no haberla visto en libertad. Procuro al máximo no entremezclar mi blog con mi trabajo. No sería ético. Pero he hecho una excepción. Quiero que mis hijos, mi familia, mis amigos, sobre todo mis amigas, lean esto. Y que no permitan nunca que les ocurra. Al primer maltrato, se le echa a quien sea el freno de mano y se le manda a la mierda. ¿Sabéis lo más increíble? Esta mujer, L., llegó a comentarme más o menos que no había mal que por bien no venga, porque con la que está cayendo y el paro tan grande que hay, al menos su hijo estaba trabajando.....Ese imnbécil fue capaz de maltratar a una mujer así

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  7. Luis...¿Sabes lo mas grave de todo? Lo mas grave, lo mas espantoso, es que este no es un caso aislado...Es un caso que tú has conocido, es un caso en el que se llegó a lo último, al asesinato...Pero hay muchos mas casos, y se viven en silencio sepulcral por las víctimas, se viven con profunda vergüenza, se viven disimulando para que los hijos y los propios padres no sepan el infierno por el que se está pasando...¿Y sabes?, también hay hombres que sufren este tipo de casos, victimas de violencia psicológica, victimas del chantaje a través de la utilización de los hijos, a veces incluso víctimas de la violencia física de sus parejas...y víctimas de la impotencia de no ser capaces de enfrentarse al valor de denunciar abiertamente su situación, y sin la posibilidad de responder a la agresión y levantarle la mano...a una mujer, porque luego serían incapaces de mirarse en el espejo...

    Me viene el recuerdo del hermano de un compañero y amigo desde la infancia...Para cuando su familia descubrió por lo que estaba pasando, ya fue tarde...Humillado, ridiculizado, vencido, denunciado por maltrato en falso, arruinado por la necesidad de afrontar los diferentes procesos legales...Prendió fuego a su habitación, lo único que le quedaba, y se abrasó vivo. Sus cenizas reposan ahora en casa de su madre, bajo un arbolito...

    No Xulita, a veces nadie es capaz de ver lo que está pasando porque la dignidad mal entendida y la vergüenza impiden que una situación tan espantosa salga hacia el exterior...

    ¡Un fuerte abrazo!

    Ananda

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  8. Qué fuerte Luis...Creo que vuestra profesión es sumamente dificil y que si los demás vemos la injusticia de lejos, vosotros la masticáis, a veces, a la fuerza.
    besos,

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  9. Así es, Pat. Me hacen gracia los polis "duros", los compis que van como de vuelta de todo. A mí no me engañan. Disimulan mal, y lo único que les ocurre es que, a no ser que sean trozos de carne con ojos, es que son más sensibles que los demás y se refugian en esa pose. Están destrozados por dentro. Pero también es una debilidad, al menos, así lo considero. No hay que avergonzarse de tener sentimientos te dediques a lo que te dediques.

    Ananda, toda la razón te doy. Existen muchas formas de ejercer violencia. Pero , desgraciadamente, esa que describes no es ni cuantificable ni tipificada. Los hombres que la sufren se debaten en el limbo legal. Una injusticia más

    Un abrazo para todos

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