martes, 26 de octubre de 2010

OTOÑO EN PARIS

Era una cuestión personal. Plasmar el logro positivo de la Revolución que incendió Francia a finales del siglo XVIII. Aquí, en los Jardines del Palais Royal, donde pasó su infancia el Rey Sol antes de mudarse al Louvre y posteriormente a Versalles, estaba terminantemente prohibido dejar pasar al pueblo llano. Era un paseo exclusivamente reservado para la aristocracia y la nobleza. Quien desobedecía era encerrado en la los calabozos de la Conciergerie. Pues aquí, Luisito, con dos cojones, y gracias a que se jugaron el tipo nuestros valerosos antepasados, se dio un paseo de muy señor mío, hecho un marqués.
Bajo sus soportales, multitud de tiendas de arte y de Antigüedades. Es el lugar escogido por los empleados de los bancos cercanos para darse una escapadita, comer ligero y echar una siestecita al sol mientras huelen a lavanda. Parece mentira este sitio, un oasis de paz bordeado por la concurridísima y ruidosísima Rue Rívoli.

Pues me parece muy bien que este precioso parque entre cuatro aristocráticas fachadas pueda ser disfrutado por todo el mundo. A las palomas les da igual tu alcurnia.

París es conocida mundialmente con el sobrenombre de La Ciudad de la Luz, como Calcuta La Ciudad de la Alegría. La luz a la que se refiere no es la solar, sino a la iluminación cultural que los filósofos de la Ilustración encabezados por Volteare imprimieron al saber de la Humanidad. Sin embargo, si alguien sigue pensando que París es la ciudad de la luz por los colores cromáticos que esta ciudad posee, una auténtica gama de luces para un cuadro, pues no pasa nada.

El primer encuentro que tuve con el otoño parisino fue en Eurodisney, que se había engalanado para celebrar la fiesta estrella de dicha estación: Hallowen. Había calabazas muy rijosas y cuando menos te lo esperabas te atacaban a traición

Qué dos cariátides más graciosas y bien hechas. Quien pasara entre las dos tenía cinco años más de vida extra. Creo que pasé doscientas veces en total.

Los calabacitos colgados en una red de araña. Así es como nacían y, a medida que avanzabas por Frontierland, se iban haciendo adultos. La verdad es que acabé hasta el gorro de tanta calabaza. Creo que no la voy a volver a echar al cocido jerezano nunca más.

El otoño omnipresente convertido en un mosaico multicolor

Foto hecha desde el globo de Disney Village a última hora de la tarde. La noche en París cae a saco. El Globo es un jodido robo, doce euros por dos minutos que te tienen arriba, apenas te da tiempo de hacer fotos. Pero bueno, por una vez no pasa nada.

Al pie de la magnífica Torre gótica de San Jacques esta ciudad demostró por qué tiene patentada la frase " Siempre nos quedará París". Qué tieenno, ays !

El río que atraviesa los hoteles de Eurodisney, jalonado de un hermoso paseo con poco aprovechamiento, porque todos los moradores del enorme recinto multihotelero acabamos la jornada con poquitas ganas de dar paseos bucólicos: ¡Reventáos..! Al fondo, un sauce llorón donde me partí de risa porque me resbalé y por poco no caigo al río a hacer compañía al pato de Simpulso que merodeaba por ahí cerca.

Calle muy especial de París. Es un acceso que sale en muchas pelis, por ejemplo en Ronin, y que conduce a la subida al Sacre Coeur, y a la bajada a Pigalle y sus animadísimas calles atestadas de tiendas y sexshops. No me extraña que esta calle se llame así: Rue Follatier. ¡Y tanto, jajajaja..! No os asustéis los que tengáis artrosis o perezosis, que existe un funicular al lado que por tres euros te sube y te baja. Ah, y la cajera hindú es muy guapa.

Paseando por París entiende uno por qué las terrazas de los cafés parisinos eran un reclamo irresistible para los pintores impresionistas. Rincones llenos de encanto donde me hubiera gustado sentarme una hora a solas para escribir algo. No pudo ser. El autobús Open Tour salía el último media hora después y había que bajar Montmartre todavía. Pero la próxima vez no se me escapa que escribo una carta de amor en un café parisino al aire libre.

El atardecer fue flamígero. Los árboles, las fachadas, los monumentos, parecían arder mansamente.

Rincones bellos en París hay hasta perder la cuenta. En éste, por ejemplo, si miras para arriba te tropiezas con la majestuosa basílica del Sacre Coeur y su abigarrada escalera llena de humanidad. Si miras hacia abajo, todo París extendido ante tí como un tapiz inmenso.

No pensaréis que todo en París es potito. Las Termas de Caracalla funcionaban gracias a una legión de esclavos que se asfixiaban en el subsuelo para mantener el calor irradiante de las calderas funcionando. París es igual. Es una ciudad muy hermosa, pero funciona a base de cientos de miles de trabajadores que se levantan a las cinco de la mañana para trasladarse desde los barrios periféricos hasta el centro, y vuelven reventados a sus respectivos hogares después de pasar diariamente por el calvario de un trabajo duro y un regreso al borde del ataque de nervios. Aquí tenéis la prueba. el metro de París en hora punta. He vuelto con un kilito menos, y creo que lo perdí ahí por efecto del aplastamiento humano.

Cielo de Paris enmarcado por un arco de la Torre Eiffel. Por megafonía repetían una y otra vez que ojito con los ladronzuelos. Como me equivoqué y me bajé de la segunda planta de la Torre antes de tiempo, mientras esperaba al personal me dediqué a observar a los carteristas. La verdad es que son unos artistas. Sólo me dio tiempo de interceptar a uno y obligarle a devolver la cartera a una viejina con chándal. Así que mucho cuidado cuando vayáis a la Torre Eiffel. Allí existe la mayor concentración de carteristas organizados por metro cuadrado del mundo.

Entre Notre Dame y la Saint Chapelle existe un mercado de flores precioso, enorme. Huele a paraíso. Me acordé de Anabel y su sueño dorado. Pues para tí esta foto, espero que te guste.

Precioso restaurante, y nada caro, a la espalda de la plaza de los pintores en Montmartre. Otro precioso rincón que queda anotado en el cuaderno de bitácora para cuando vuelva. Porque París tiene eso..., como las buenas amantes, siempre quieres volver a sus brazos.

13 comentarios:

  1. Si clikáis sobre la foto podréis verla con más detalle.

    ResponderEliminar
  2. Jo, qué bonito todo...qué ganas de ir ya...

    ojalá me haga tan buen tiempo como a ti, y descuida, bomboncito, no cogeré el tren en hora punta.

    Un beso y un abrazo del tamaño de la torre eiffel.

    ResponderEliminar
  3. Justo ahora hace un año tuve que ir a paris dos veces, por trabajo las dos, pero aproveché para pasear por los Champs Élysées, y la enorme avenida con el Obelisco egipcio, y el Arc de Triomphe, y hacía muchisimo calor, jejeje, me prometí volver por mi cuenta con toooodo el tiempo posible, porque las grandes ciudades del mundo merecen ser vistas despacio, como tú has hecho y compartirlas como tu has hecho, es muy bonito que la gente quiera contagiar a los demas de sentimientos agradables, por eso tiene mucho valor que lo hayas escrito con tanto detalle y fotos, te he visto un poco tieso al lado de la calabaza,jajajaja
    Muchas gracias por acordarte de mi sueño, estoy segura que el dia que lo haga realidad, no lo dudes, pondre nombres especiales a algunos ramos, creo que ya tengo pensado las flores que iran en el ramo Iluso,jiji
    Yo vengo de pasar unos dias en Tenerife sur, por trabajo otra vez, y realmente he disfrutado muchisimo con el paisaje y las puestas de sol, he venido cargadisima de energia, asi que dejo unos besos relampagueantes para quien los necesite, especialmente para noimporta porque me da la gana y porque juega el Barça y eso siempre nos ha dado buena suerte!!!.

    ResponderEliminar
  4. Buen tiempo sí que hizo, Lidi querida, pero un frío del carajo. El gorrito que te lleves, con orejeras, por favor. Lidi, me permito aconsejarte vivamente un paseo por el Sena, por cualquiera de sus dos orillas, admirando las curiosísimas bouquinistes, librerías de lance al aire libre atendidas todas por auténticos amantes de los libros.

    Megustas, no sabes cómo me he reído cuando he leído que vas a poner mi nicknombre a un ramo de los tuyos. Me lo imagino profuso de capullos,jajajaja...Un beso, hermosa. Y otro para Noimporta, claro que sí, aunque sea del Barca.

    ResponderEliminar
  5. Gracias por la mirada,Luis,y por traerme esos rincones de Paris.Amo esa ciudad,creo que si tuviera que transformarme en una elegiría ésa.Aunque Sevilla me tenga robado el corazón.Un beso***

    ResponderEliminar
  6. Luis gran viaje y pendiente que lo tengo; a ver si engaño a alguno y me lleva en un voyage express love (o como se diga) jajaja!!! Eso sí, prescindiré por completo de Eurodisney por muy chupiguay que sea.

    Unos besux!!!

    ResponderEliminar
  7. Hay un curioso tono verde en mi cara... ¿será un signo de envidia?
    Insisto, eso de la publicidad turistica te viene.
    Imagino que con alguna organización creativa del presupuesto, algun apoyo del gobierno (si consigo que al fin me expulsen), y algo de suerte, podre ir a Paris... y ademas con mi camara lista. Por ahora me conformaré con ir a caminar a la playa de aqui cerca... despues de todo, no creo que Paris se vaya a otro lado.

    Un Abrazo

    ResponderEliminar
  8. Eso es verde pitufo, Essaldir. No te preocupes. Ya conquistarás París con tu poder elfo, y seguro que esa ciudad será todavía más magnífica después de tu paso por ella. Un abrazo.

    Sux.., Sux.... ays...Mira, me ha llamado poderosamente la atención París en un aspecto: en ningún otro sitio he visto a las parejas besarse en público tanto como en esa ciudad. Será por seguir la tradición iniciada fotográficamente por Doisneau, pero es un hecho. Parejas heterosexuales y homoxesuales besándose por doquier sin vergüenza alguna. Me pareció muy hermoso. Te deseo que tú puedas hacer ese viaje y mejorar a los modelos de Doisneau, porque no en vano eres...¡la reina de los besos!, jajaja..Un beso, cariño.

    Dalia, qué bien que te haya hecho resucitar esos recuerdos que guardas en tu arconcito. Ya sabes que tienes que volver para enriquecerlo más. Un besito, linda.

    ResponderEliminar
  9. ¡Muchas gracias por compartir tu viaje con nosotros!
    Y yo que te imaginaba mas pendiente de la actuación "del Inspector Clouseau" frente a los disturbios de los piquetes...que de las parejas que se demostraban su amor...

    Por cierto, una de las mujeres mas hermosas que he visto jamás, era hindú...bueno, recuerdo también a una etíope... Bueno, vamos a dejar el tema...

    ¡Un abrazo!

    Ananda

    ResponderEliminar
  10. ¿Cómo que vamos a dejar el tema? No, no..., ahora vas y nos lo cascas....A ver, ¿qué hubo entre tú, la hindú y la etíope? ¡Queremos saber!..jajajaja...

    Un fuerte abrazo, Ananda.

    ResponderEliminar
  11. Tú lo has dicho la Reina de los Besux!!!!

    Hola Ananda ;)

    ResponderEliminar
  12. Que hermosas imágenes pero sobre todo, QUE HERMOSOS PAISAJES!!
    Leer este post es como ir de tu mano por las calles de Paris, me encanto ;)

    Besos, amorsote!

    ResponderEliminar
  13. Pues fuiste de mi mano, pero enguantá, que hacía mucho frío, amorsote. Un besote

    ResponderEliminar