jueves, 26 de agosto de 2010

¡SOCORROOOOOO..!


"Yo no creo en la edad.

Todos los viejos
llevan
en los ojos
un niño,
y los niños
a veces
nos observan
como ancianos profundos.

¿Mediremos
la vida
por metros o kilómetros
o meses?
¿Tanto desde que naces?
¿Cuánto
debes andar
hasta que
como todos
en vez de caminarla por encima
descansemos, debajo de la tierra?

Al hombre, a la mujer
que consumaron
acciones, bondad, fuerza,
cólera, amor, ternura,
a los que verdaderamente
vivos
florecieron
y en su naturaleza maduraron,
no acerquemos nosotros
la medida
del tiempo
que tal vez
es otra cosa, un manto
mineral, un ave
planetaria, una flor,
otra cosa tal vez,
pero no una medida.

Tiempo, metal
o pájaro, flor
de largo pecíolo,
extiéndete
a lo largo
de los hombres,
florécelos
y lávalos
con
agua
abierta
o con sol escondido.
Te proclamo
camino
y no mortaja,
escala
pura
con peldaños
de aire,
traje sinceramente
renovado
por longitudinales
primaveras.

Ahora,
tiempo, te enrollo,
te deposito en mi
caja silvestre
y me voy a pescar
con tu hilo largo
los peces de la aurora "


Pues después de leer este hermoso poema del gran Neruda, mira, le he hecho caso, y he desenrollado el tiempo después de cincuenta y un años depositado en mi cajita silvestre. Y la verdad, me gusta mucho mi tiempecito pasado aunque su hilo a veces no haya sido dorado ni empleado en tejer la urdimbre de buenos recuerdos. Pero es mi tiempo y lo tengo que seguir cuidando y , sobre todo, sentirme agradecido por el préstamo en formato homo-sapiens que me está prestando la eternidad.

Pero vamos a arrinconar un poquito la poesía salvadora para ser algo que no me gusta ser en demasía. Vamos a ser realistas. Ayer, con epicentro en la Bahia de Cádiz, se produjo un temblor de tierra de casi cuatro grados. A las diez y media comenzó a temblar el piso. Ingenuos comentarios posteriores coincidían en señalar que Cádiz está en el surco de una placa tectónica y que cualquier día......¡Ignorantes..! El terremoto se produjo por un efecto tectónico de rebasamiento de la cincuentena y yo fui el culpable.

Puedes encajar todo lo filosófica y poéticamente que quieras el desbordamiento imparable de unos años cuyas velas no caben ya en una tarta si no es haciendo trampas pinchándolas en los bordes y que parezca en vez de una tarta la nave espacial de Encuentros en la Tercera Fase, o bien comprando una tarta tamaño rueda de tractor, pero la verdad es que es.......¡UNA PUTADA!

Una auténtica putada. Así que mientras vosotros cantáis el apioverdetuyú, a mí dejadme cantar la única canción que me sale ahora mismo del alma cantar, jajajaja....


lunes, 23 de agosto de 2010

INVISIBILIDAD


El vendedor de cupones junto al Bar Arca. Mahal con su sonrisa, sus gafas falsas de diseño, cinturones, carteras y gorras de visera extendidos en el suelo dibujando un mapa misterioso. El Quejío dándome los “buenos días, compare” junto a la tienda El Paraíso. Manolín pidiéndome por enésima vez que le enseñe mi anillo del Madrí desde su puesto de chuches, Cayetano el taxista luchando con la emisora para sintonizar la cadena taurina en la parada de calle Ancha y despotricando contra los políticos catalanes “ allí tengo familia y son muy buena gente“, su coletilla de siempre…, Y Carmen , y las vendedoras piropeadoras del Eco María, y Floren el peluquero., y.., y…

Hay alma en la calle. Me refiero a que detecto una radiación especial en la calle. Uno desarrolla una cierta admiración por la calle, por lo que sucede en ella y por la forma en que la estructura urbana absorbe la maraña de personas y experiencias que tienen lugar en ella a toda velocidad.

Es la diferencia brutal que encuentro entre el pueblo en donde vivo y la gran ciudad cuando la visito. Me deja pasmado el hecho de no saber nada acerca de la gente que me rodea, la indiferencia con la que la gente te trata en lugares abarrotados de personas. Me parece una contradicción con la idea de la que nacieron las ciudades originariamente: se supone que para acrecentar la sensación de seguridad y confianza.

El ritmo en una gran ciudad es cinético y todo está organizado en función del tiempo, un tiempo que impide profundizar en la convivencia. Es un tiempo agresivo porque siempre está tirando de tu cuello como si estuvieras ayuntado como un buey.

En un pueblo o ciudades pequeñas, como Guadalajara o Cáceres, veo gente de carne y hueso. En una macrociudad, lo contrario: veo gente invisible , una masa informe de humanidad que fluye rápidamente de un lado a otro y el mundo que los rodea no es más que un telón de fondo pintado. Supongo que esa forma de cubrirse con un manto de invisibilidad es una forma de vivir in vitro para protegerse. No sé de qué. Puede ser una forma de protegerse contra las pérdidas irreparables, de los desastres emocionales, de un dolor sin remisión, o de la simple soledad…

Todo eso y mucho más requiere la protección de la invisibilidad para poder sobrevivir en medio de la indiferencia.

"¿Qué miras?".- , me escupió a la cara agresivamente una mujer hace poco en un tren de cercanías, molesta por haber traspasado su barrera de invisibilidad . ¿Qué miraba? Pues la miraba a ella. Una mujer hermosa con un misterioso collar étnico al cuello, con un libro de Ken Follet sobresaliéndole del bolso, una mancha de helado en el brazo izquierdo y con uñas de gel muy bonitas. Caráy, me moría de ganas por saber de qué novela concreta de ese escritor se trataba, y sin duda se lo hubiera preguntado si no llega a ser por su preventivo y hostil “ qué miras”.

Es curiosa la vida en las grandes ciudades y sus extrañas inhibiciones. ¿ A dónde vamos con tantas prisas?

Es cierto que no somos nada, ni apenas nadie, que importamos poco al Tiempo y que ocupamos el mismo Espacio que un átomo tímido dentro de una inmensidad inabarcable, pero incluso las silenciosas estrellas que viven a millones de años luz se dejan ver por la noche. ¿ Por qué nos obstinamos en una terca y autómata invisibilidad?

Qué curioso que, al mismo tiempo, el proyecto de la humanidad en el que nos gastamos más dinero sea en lanzar al cielo un simple y claro mensaje “ ¡Ey, estamos aquí, somos nosotros. Si hay alguien más, quiero verte y que me veas!"

No nos gusta la invisibilidad y creo que a todos nos gusta mirar al cielo y que el cielo nos devuelva la mirada

viernes, 20 de agosto de 2010

I NEED A HERO, I LOVE THIS HERO

Pues sí, hoy el post va de un Superhéroe

Este Superhéroe normalmente da por culo en casa. Por ejemplo, "papá, déjame las llaves del coche"
- Por encima de mi cadáver, nene
- ¡ Espera, espera, ...podemos llegar a un acuerdo....!
Finalmente, y teniendo en cuenta la neta superioridad con la espada de Kill Bill Papá sobre su inexperto vástago ( sólo hay que fijarse en la aterradora sangre fría con que Kill Bill Papá detenía los mortales espadazos de Kágate Kid), llegamos al acuerdo amistoso de pagarle el taxi.
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- Papá, es un chute de adrenalina salvar la vida a una persona

- Sí, hijo, sí. Está bien eso de ayudar a los invidentes a cruzar un paso de peatones. Apaga el ventilador, tú que estás de pie, por favor.

- Qué tonto eres! Me voy abajo. En el barreño dejo mi camiseta en remojo, que está llena de sangre. Si no se quitan las manchas la podéis tirar. Vengo luego a casa para cenar

El se fue para la calle y yo continué enfrascado en la lectura de mi libro. ( ¿ Me pareció ver a un lindo gatito?.., había dicho algo no se qué de camiseta y sangre. Bah. Sigamos con las batallitas del padre napoleónico de Víctor Hugo)

Algo más de dos horas después el teléfono sonó tres veces: una vez del médico del 112 que se había quedado con el móvil de Luismi, como no estaba me encargó que le dijera lo siguiente: que gracias a su torniquete le había salvado la vida de todas todas a esa persona, que lo supiera y que se pasara por el hospital porque la familia quería conocerle y agradecérselo. La segunda llamada fueron de mis compañeros, para informarme de que mi hijo había sido un héroe. La tercera llamada fue de una vecina que lo vio todo y que quería saber si el hombre se encontraba fuera de peligro, aprovechando para informar con todo lujo de detalles sobre todo lo que había hecho Luismi por ese hombre.

Hora de la cena. Luismi regresa. Sentados alrededor de la mesa y de una jugosa tortilla de patatas .

- Ejem, …Luismi, ..¿qué me decías de un chute de adrenalina?

- Nada, un hombre que sangraba en el callejón de las Palmeras. Me gasté el saldo llamando al 112 y a la Poli. ¡Hummm.., qué rica está la tortilla! ¿A qué no sabes que hemos fichado a Özil?

Salvar la vida de una persona o salvártela tú a ti mismo es lo mejor que se puede hacer en la vida. Sin embargo, a mi hijo eso le supone un chute de adrenalina de la que no necesita ni siquiera presumir.

Si cuando yo digo que mi Bestia de Cartago es un auténtico espartano.


martes, 17 de agosto de 2010

PARA TI


Para ti estoy con los brazos abiertos
Para ti que pueblas la selva sagrada
Del canto, la risa, el llanto, los versos.
Para ti que calmas los vientos

Que comparte contigo, feliz, sus secretos
Calentando la sangre de un Dios
Silencioso y austero
Para ti, que cobijas los himnos
Y la voz del misterio
Para ti,
Que con palabras bates el trueno
Y en paz derrites los hielos

Que destilas la hiel en tus rubios panales,
Que no sabes de odio, de rabia y puñales

Para ti que así me lees
Y así escribes
Y así inflamas la vida
Sabiendo que pocas cosas
Están en lo cierto

Para ti estoy casi feliz
en mitad del cielo
Con sonrisa en los labios
Y los brazos abiertos

viernes, 13 de agosto de 2010

JEFE NUBE CAÍDA


Se llamaba Jefe Nube Caída en su idioma indígena

- Por favor, cuéntanos otra vez la ascensión al monte

En su reserva india de Arizona se dedicaba a algo más prosaico que arrancar cabelleras a los casacas azules: recolectaba maíz.

Arizona es una región llana con montañas aisladas . Montañas con orografías caprichosas que invitan imaginativamente al juego de asociarlas con formas familiares como se hacen con las nubes cuando nos tumbamos boca arriba “mira, esa tiene forma de conejo, y esa otra parece una locomotora” . Todas las montañas que rodean su hogar tienen por eso nombres propios.

- - “ ¿Cómo fue el primer cuerpo a cuerpo contra un japo, Ira?

De pronto, se vio enfundado en un uniforme caqui, el de los marines, y desde la cubierta de una lancha a punto de desembarcar hombres atemorizados como un útero lleno de siameses saliendo a la luz en medio de un estruendo de vida y muerte, divisó la montaña Suribachi, una elevación no muy alta, casi doscientos metros, pero que destacaba enormemente por ser la única montaña de una isla muy llana llamada Iwo Jima.

- ¿Cuántos compañeros de su grupo cayeron, sr. Hayes?

¿Qué le parecería a Jefe Nube Caída, un indio pima de Arizona, la montaña, esa montaña tan lejana de la tierra de sus ancestros que olía a azufre? ¿ Un caldero? ¿la cabeza de un castor?¿una pipa-cachimba bocabajo? Dicen que el infierno huele a azufre. Era mala premonición y su pituitaria la detectó. Nada más desembarcar recibió la orden él y otros compañeros de su División de coronar la cima del Suribachi para enarbolar la bandera de sus padres, la enseña nacional, la bandera de las barras y estrellas. ( “mis padres nunca tuvieron banderas. Tenían praderas, cielo abierto, caza abundante, ríos..”)

- ¿Hubo muchos muertos al desembarcar, sr. Hayes?

Y, justo cuando comenzó la ascensión hacia el cielo, al mismo tiempo comenzó su descenso a un horror que jamás pudo superar. Un fotógrafo le inmortalizó en compañía de sus amigos izando airosamente su bandera que enarbolaron con ayuda de un pesado mástil de plomo. Gracias a esa foto todos sus actores se hicieron famosos. Tres de ellos no pudieron paladearla en vida, porque tres días después cayeron en las fauces de las emboscadas que unos desesperadísimos soldados nipones les prepararon para explicar a quien quisiera invadir su tierra sagrada que eso no iba a ser posible hasta que no acabaran con la vida del último hijo del Imperio del Sol Naciente. El horror que se vivió durante esa lucha feroz palmo a palmo,durante treinta días, cueva a cueva, caseta a caseta, no es capaz ninguna película de describirlo bien, aunque en ello se haya afanado muy dignamente nuestro gran Clint Eastwood con las dos versiones que hizo, cada una desde un bando : famélicos soldados japoneses sin munición corriendo al grito de “Banzai” con granadas en sus vientres , palos y alguna que otra espada sumarái, en medio de la noche suicida contra estupefactos y horrorizados grupos de marines que no salían de su asombro. Cuevas mortales y agujeros camuflados en el suelo que se tragaban como un Saturno devorador a los desprevenidos soldados americanos. Así murieron los tres compañeros de Jefe Nube Caída , quien presenció cómo sus amigos eran engullidos por la voracidad de una tierra sedienta de sangre para no volver a salir vivos de allí. Algunos soldados nipones practicaron el canibalismo con el cuerpo de sus víctimas para contrarrestar la falta de alimentos y así poder seguir luchando, resistiendo, dándolo todo a mayor gloria de su Emperador. Los civiles japoneses de la isla se suicidaron en masa arrojándose por el desfiladero cercano al aeropuerto : cuerpos inertes y diseminados de ancianos, mujeres y los pocos niños que habían en la islas eran barridos por un oleaje que devolvía a la tierra un tributo que no había pedido, escena que horrorizó todavía más a ese indio pima que comenzó a comprender por qué los ancianos de su tribu no mostraban orgullo cuando hablaban de sus enfrentamientos guerreros contra los rostros pálidos, sino una profunda tristeza. No hay honor en ninguna muerte violenta y apenas la lucha por la supervivencia cubre el expediente del arrepentimiento y la pesadilla.

- Cuenta a tu poblado, Nube Caída, por qué no debemos combatir en guerras extrañas

Roosveelt , el presidente paralítico y moribundo que, para doblegar la voluntad de un pueblo irreducible y para probar su eficacia científica, se ahorró al menos ordenar el lanzamiento desde el cielo del argameddón desde un avión bautizado con el nombre de la madre de su piloto, también ordenó que los tres supervivientes de los seis héroes que izaron un icono universal, fueran retirados del frente y empleados en labores propagandísticas para recaudar con gran éxito bonos de guerra.

- - Relate a los niños de esta escuela su experiencia en Iwo Jima, pero sin detalles escabrosos, por favor, sr. Hayes

Roosveelt no ordenó nunca, porque no le dio tiempo, el lanzamiento de la bomba atómica, pero sentenció a Jefe Nube Caída sin darse cuenta. Homenajeado sin cesar de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, obligado a contar una y otra vez sus vivencias en la isla que olía a azufre, quedó atrapado en un bucle de pesadillas y alcohol, hasta que el alcohol y los macabros recuerdos que le perseguían acabaron con él junto a un vallado de su reserva en la tierra de la , antaño, valerosa tribu pima.

Diez años de distancia entre una solitaria y anónima muerte víctima de un delirium-tremens y la coronación de la montaña Suribachi.

Diez años de suplicio para Jefe Nube Caída, el soldado Ira Hayes.

- - Por favor, por favor, cuéntanos otra vez lo de las cuevas…¿Cómo se llamaban tus amigos? ¿Fueron valientes?

Johnny Cash le compuso una canción.

miércoles, 11 de agosto de 2010

EL SABIO DE LOS YATES


En Puerto Banús, al lado de un complejo de apartamentos de lujo, vive ( o vivía) un mendigo adherido a la artificiosa opulencia marbellí como una rémora al cuerpo de un tiburón. Contrario a todo, por principios y por costumbres, hasta el punto de hacer pensar que este mendigo de edad indeterminada es una estatua superviviente de alguna erupción volcánica, surgido entre los escombros de una ciudad sepultada por el oropel del lujo, el dinero y la frivolidad.

En estos tiempos colmados de neuróticos, la sabiduría es cosa tan rara que no pude resistir la tentación de conocer a ese hombre. Su aspecto físico es algo intermedio entre un borracho de Velázquez y un bont-vivant de Toulosse -Lautrec.

Le hice notar lo sabias que me parecieron sus primeras palabras cuando iniciamos una típica conversación de extraños con ganas de hablar, tipo Leaving Las Vegas. Le dejé explayarse a gusto. Es curioso el nivel de intimidad que somos capaces de entablar con absolutos desconocidos sólo a condición de pillarte con ganas de escuchar cosas interesantes o sintiendo la necesidad de la comunicación. En mi caso ocurre raras veces, porque soy más bien introvertido, pero aquel hombre despertó mi curiosidad. Y juzgar vosotros si no mereció la pena:

- " Los amigos de por aquí se mofan de mi sabiduría. No la tratan con respeto como tú. En realidad, mi sabiduría consiste en haber rechazado todas las formas de la vida. No he querido estudiar porque siempre he sabido, y esto por instinto, que muchos de los conocimientos se olvidan, muchos otros hacen tristes a las personas y los más son inciertos y engañosos.

Jamás me enamoré porque esa estúpida forma de locura que consiste en preferir a una sola criatura sobre todas las demás es una aberración contraria a nuestra naturaleza, y el empeño de ser fieles o la desesperación de no poder serlo conduce a la angustia, al delirio, al engaño, causando desilusiones y furores homicidas. Al sexo hay que considerarlo como una simple necesidad fisiológica, como lo que me induce a comerme una fruta, una necesidad tranquila y natural, y hay que probar cuantas más frutas mejor porque cada una es portadora de una vitamina diferente y necesaria para fortalecer tu salud vital. Y el amor es una fantasía inventada por la urgencia por calmar el ansia sexual que desaparece cuando se instala la rutina. Lo que queda después, es miedo a quedarse solo.

De ese modo me salvé de la familia y de los innumerables fastidios, trabajos y servidumbres que surgen por tener esposa e hijos. Ni siquiera quise obstaculizar mi vida con la política. Y poco me importa ser gobernado por los rojos o por los azules. Sé perfectamente bien que, tanto los unos como los otros, arrebatan pedazos de mi libertad y sacan provecho de mi dinero. Cualquiera que sea el partido dominante, el buen ciudadano está condenado a vivir en una jaula y a pagar impuestos y tasas.

¿ La religión? Sería añadir suplicios y tormentos. No hay más que dos caminos razonables: o negarlo todo sin discutirlo o aceptarlo todo al pie de la letra. Por diversas razones de comodidad personal y social he elegido lo segundo: creo en todo pero jamás pienso en nada. Si la religión es esencialmente un misterio conviene dejar en el misterio lo que en el misterio se halla.

Ya he notado que lees mucho. En un momento me has recitado una lista de vagabundos famosos de la literatura. Para pasar mejor el tiempo me aficioné durante un tiempo a la lectura de poemas y novelas. Enseguida lo dejé. Los poetas me parecen niños patéticos que andan a la caza de mentiras; los novelistas me narran historias de ciertos hombres y mujeres que, si los hallara por casualidad en la vida, con sus ridículas miserias y actitudes fijas, huiría de ellos como el diablo huye de la cruz. Y , en general, cualquier persona a la que le guste escribir o leer son Ulises desesperados por volver a una Itaca inexistente o simplemente desordenados seres que intentan en vano poner orden a sus caóticos sentimientos y a sus pretenciosas ideas.

Vivo de una pequeña renta y de amigos que, como tú, me hacen compañía de vez en cuando y me invitan a comer. Soy algo exótico y a los ricos les enloquece el exotismo. Por eso vivo en Puerto Banús. Me cuentan sus cuitas como si fuera un confesor. Me piden consejo a veces y se van satisfechos, con el alma desahogada. Vivo sin lujos, pero sin estrecheces, y Dios me ha salvado de la carga asnal del trabajo y también de la maldición, todavía más atroz, de buscar, acumular y administrar dinero, responsable de la esquizofrenia moderna.

Tal es, estimado amigo desconocido, mi verdadero secreto, ya que me has preguntado por él. Soy un renunciante universal y perpetuo, soy un desertor de la vida tal y como se ha prefabricado. Rechazando todas las trampas y cadenas, he llegado a la quietud de la carne y del espíritu. Lo llamáis sabiduría y no eres el primero en apuntar el dato, pero ese es mi secreto cabal para lo malo y para lo bueno.

--- ¿ Pero eres feliz así?, me atreví a preguntarle.

Cerró los ojos, trasegó una buen buche de cerveza, se limpió con la manga la comisura de los labios, se pasó la mano sobre sus largos cabellos ensortijados a modo de peine y mirándome con fijeza exclamó:

-" No, ni siquiera soy feliz así. Y tienes que saber que la verdadera sabiduría no tiene relación ninguna con la felicidad, sino con la muerte"

Esta fue, más o menos, la disertación del hombre sabio de Puerto Bánús, decorada con algunas licencias que me he permitido y que no puedo evitar como la gaviota de Juan Sebastian Bach no podía evitar las filigranas en el aire. Además, es una forma de suplir a la memoria, que no es fiel a todo el contenido de una larga conversación.

Desde esa charla, casi soliloquio, me han pasado tantas cosas, que al librarme del embrujo que aquella noche arrojó sobre mi cerebro sensibilizado a tope con cuatro o cinco cubatas, pienso en el sabio del muelle de los yates y no siento envidia. No puedo sentir envidia. Tampoco le considero un desertor, ni un cobarde. El es necesario y yo también. Tú eres necesario y todos prescindibles. Podrían ser las cosas de otro modo. A mí no me gusta su modo de vida, y , a la par, a él tampoco la mía.

Siempre que veo a un mendigo me pregunto qué vida llevan tatuada en su biografía para haber llegado a esa situación. En mi pueblo, una indigente australiana a la que llamamos Pipi por sus deslavazadas trenzas pelirrojas, vive de los contenedores. En Australia, sus padres tienen una de las grandes fortunas de ese país. Han venido a buscarla varias veces. Siempre se ha negado a abandonar su modo de vida y por aquí continúa, empujando su carrito de la compra y dando de comer a todos los gatos pardos. La limosna que busca ella no es el dinero. Cuando los crueles niños le apedrean y viene a Jefatura para quejarse en inglés, siempre le atiendo con la esperanza de que me cuente su historia. No lo he conseguido. Es una mujer absolutamente hermética, aunque noto que me mira con buenos ojos pese a su hosquedad.

De todo lo que me dijo el mendigo de Marbella sí me causó una honda impresión algo que llevo tiempo barruntando: la felicidad y la sabiduría no tienen nada que ver con la vida, sino con la muerte. Me siento incapaz de descifrar el oculto significado de este pensamiento, pero siento su verdad en lo más profundo de mi ser.

domingo, 8 de agosto de 2010

BESOS SIN TRAGEDIAS


Te pido, Beso, que subas la marea
Que te olvides de tí mismo
y que ocurra lo que ocurra
me desvele sea lo que sea

Te pido, Beso, que remates y las mueras:
las palabras que no salen:
inmóviles, insuficientes,insignificantes
palabras
casi
ahogadas en un pozo de salmuera.

Que a mis cerrados ojos
no les pongas una venda

Te pido, Beso, una bóveda celeste
alta, adornada y muy caliente
en donde, por una vez,
sea el tiempo quien viaje a la belleza
y la duda deje paso a la evidencia.

Beso, ¿no me has de conceder Uno?
¿Uno sólo que no engendre una tragedia?

Yo no quiero el beso que equivoca
ni labios que a mi mente
le trastoca ,
esos besos de vampiro
o de Juana la Loca
Me conformo con poquito:
déjame Besar su boca.

En la carne de sus labios
deja que me muera
No me seas tan esquivo,
tan distante
y házme vivir toda la vida
en el timbre
de un instante


domingo, 1 de agosto de 2010

COMO PECES DE COLORES


"Aparentemente, de vez en cuando, los adultos se toman el tiempo de sentarse a contemplar el desastre de sus vidas. Entonces se lamentan sin comprender y, como moscas que chocan una y otra vez contra el mismo cristal, se inquietan, sufren, se consumen, se afligen y se interrogan sobre el engranaje que los ha conducido allí donde no querían ir. ¿Qué ha sido de nuestros sueños de juventud?, preguntan con aire desencantado y satisfecho : " Se han desvanecido y cuán perra es la vida..." Odio esta falsa lucidez de la edad madura. La verdad es que son como todos los demás: chiquillos que no entienden qué les ha ocurrido y que van de duros cuando en realidad tienen ganas de llorar.

"La vida tiene un sentido que los adultos conocen" es la mentira universal que todos creen por obligación. Cuando, una vez adulto, uno comprende que no es cierto, ya es demasiado tarde. El misterio permanece intacto, pero hace tiempo que se ha malgastado en actividades estúpidas toda la energía disponible. Ya no le queda a uno sino anestesiarse como puede.

De entre las personas que frecuenta mi familia, todas han seguido el mismo camino: una juventud dedicada a tratar de rentabilizar la propia inteligencia, a exprimir como un limón el filón de los estudios y a asegurarse una posición de élite; y luego toda una vida dedicada a preguntarse con estupefacción por qué tales esperanzas han dado como fruto una existencia tan vana. La gente cree ansiar y perseguir estrellas, pero termina como peces de colores en una pecera."

Como alfileres clavados en los pezones ( ¡qué daño!) he sentido cada una de las palabras de este hermoso texto que publiqué en La Casita y que podéis leer en la sorprendente y cautivadora novela de Muriel Barbery " La Elegancia del Erizo", que me recomendó una cazadora experta en momentazos, una mujer siempre alerta ante la presencia de innumerables goces y con un repertorio a su disposición de fulminantes sorpresas. Gracias por el regalo de la bonita lectura de ese libro, Sux.

Muchos de vosotros comenzáis las vacaciones u os falta poquito, por eso he traído este texto aquí y ahora, para que no olvidéis que tenéis la obligación de disfrutarlas con toda la plenitud de la que seáis capaces

De repente, tengo el deseo de gritaros. De gritar a todos mis amigos. De recordaros la obligación que tenéis de saltar de la pecera, de la rutina y obligaciones, y huir de ellos en busca de vastos océanos como Nemos fugitivos.

Que os mate la muerte por estar vivos. Pero no viváis la muerte respirando.

¡FELICES VACACIONES! .., y los que no las tengáis, SUERTE para que pronto podáis tenerlas.